El día que el protocolo valió como un diamante

MÉXICO, D.F., agosto 21 (EL UNIVERSAL).- Casi siete horas después de tensas negociaciones para recuperar la Cámara de Diputados de un bloqueo de maestros, la noche de este miércoles el Senado funciona como sede alterna de Congreso General, con el cual pueden abrirse los trabajos del periodo extraordinario.

Priístas y verdes llegan con la adrenalina amarrada por sus liderazgos que han tejido posibilidades para que haya esa sesión de Congreso General. Puro protocolo que adquiere este día el valor de un diamante, porque de que se realice dicha reunión depende un racimo de cambios a la Constitución y las leyes.

Los escaños de los panistas de Ernesto Cordero, y los perredistas de Miguel Barbosa están vacíos. Estrategias de sus fuerzas políticas. Allí está la fracción del PAN, de Jorge Luis Preciado, que de pronto aparece, cuando en la mañana y la tarde era el ausente.

Hay quórum, y lo "canta" con resolución el presidente del Congreso, el priísta Francisco Arroyo, quien ha vivido un día intenso en su trayectoria política, al buscar recuperar el Palacio Legislativo de un bloqueo de la CNTE, y organizar la sede alterna, y elegir el Senado. Donde menos se esperaba.

A las 18:00 horas entra al salón de sesiones el Tintero de Escribanía de la Cámara de Diputados, el emblema de la soberanía del Congreso y corona la mesa directiva. Minutos después llegan el senador Emilio Gamboa y el diputado Manlio Fabio Beltrones, y van a ocupar butacas de la penúltima fila de la galería del segundo piso que colman diputados federales.

Falta el presidente del Senado, Ernesto Cordero, para iniciar la ceremonia que transcurrirá en casi seis minutos, y con el cumplimiento de su protocolo las cámaras estarán en oportunidad de llevar a cabo sus trabajos en sesiones extraordinarias.

Pasan los minutos. Gamboa baja a la mesa directiva. Llama por teléfono, en una conversación extensa. Y en la galería el diputado Beltrones también se ocupa en comunicaciones en aparatos que le pasan colaboradores y en el suyo propio.

Hay quórum y más tarde cuando llega el presidente del Senado, casi de inmediato, se abre el trabajo de Congreso General.

La senadora María Elena Barrera Tapia (PVEM) da el quórum de senadores: 84 senadores y uno más, por la asistencia de Ernesto Cordero.

Ambos presidentes de las cámaras no han tenido ocasión de intercambiar puntos de vista, saludos, los ritos del poder. Van directo al protocolo que los cita. Arroyo agradece:

"Muchas gracias, don Ernesto Cordero, por...

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