Propone renovar la novela

AutorOscar Cid de León

La novela actual resulta ociosa y, de no renovarse, continuará avanzando, irremediablemente, hacia el suicidio.

Así pinta el futuro del género para el escritor y periodista Vicente Verdú (España, 1942), quien en noviembre de 2007 publicó en el diario ibérico El País sus Reglas para la supervivencia de la novela que, entre otras cosas, pregonan el distanciamiento de la ficción.

"Si, como se reconoce, la realidad supera siempre a la ficción, entonces ¿para qué fantasear? El autor habla mucho mejor de lo que conoce personalmente y peor de lo que maquina deliberadamente", señala el escritor en su manifiesto, que viene a ser una suerte de decálogo que en España no escapó de la polémica.

Verdú precisa en entrevista que esto no quiere decir que sea un enemigo acérrimo de la ficción, pero sí del artificio exaltado que opaca o anula la belleza misma de la palabra.

"Las novelas que sólo exaltan el tema, que exaltan la intriga y el misterio, pues distraen, pero qué son sino eso: una caricatura, cuentos de niños, literatura infantil para adultos, como decía Borges".

Ese tipo de textos, precisamente, parecieran tener como único deseo su transmutación hacia el cine.

Y es que los lectores de hoy suponen leer libros cuando en realidad llevan su atención a borradores de telefilmes o a "enmascarados" guiones cinematográficos, considera.

Sobre esto apunta en su decálogo: "Los novelistas que escriben con la ambición de ser llevados al cine delatan su menosprecio por la escritura. O su incompetencia. Mejor harían con emplearse de cuentacuentos o copys".

A decir de Verdú, lo que hacen los guionistas cinematográficos no es tomar una novela y trasladarla a su formato, sino que succionan lo que califica como lo más intrascendente del libro, que es la peripecia y el argumento para después recrearlo todo.

"Pero si un libro se tiene que juzgar bueno o malo solamente por la peripecia de la historia, pues aún no hemos llegado a la literatura", precisa Verdú.

Entrevistado en la cafetería del Centro Cultural Bella Época, en la Colonia Condesa, el autor asegura que la novela actual -que debería entenderse como intransferible- abusa de una línea narrativa que no tiene razón de ser.

"Es absurdo, por ejemplo, que la escritura se dedique a describir espacios exteriores durante páginas y páginas, cuando un plano cinematográfico resuelve el asunto con eficacia y con mayor precisión", opina el autor de No ficción, su libro más reciente, en el que refleja precisamente los puntos...

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