Promesa canadiense

TORONTO.- Mario Witz llegó a la provincia de Ontario, en Canadá, sin saber hablar inglés ni español.

Originario de una comunidad indígena maya en Calkiní, Campeche, lleva 10 años trabajando en un apiario que pertenece una pareja de canadienses jubilados.

Betty Walker, su empleadora, tomó clases de español para poder enseñarle ambos idiomas. Dan Walker se comunica en inglés y Mario, aunque aún no habla el idioma, entiende lo que le dice.

Los tres conviven en un apiario rodeado por campos de maíz. Mario duerme en una casa rodante contigua a la vivienda principal. Sobre la mesa de la cocina que comparten hay salsa roja, totopos y té de maple.

Entre ellos se consideran familia. Los Walker viajaron a Yucatán para conocer a la familia de Mario y él celebra el Día de Acción de Gracias y otras fechas importantes junto a los canadienses.

"Sin él nos hubiéramos retirado hace mucho. Hemos podido continuar porque es un trabajador consistente, dispuesto a regresar. Nos llevamos muy bien y tiene las habilidades que necesitamos", elogia Betty.

Mario es parte del Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales que, desde 1974, envía a mexicanos a laborar en el campo canadiense, donde hay un déficit de mano de obra local.

En un país de 35 millones de personas, la fuerza laboral mexicana es de un volumen importante. Este año llegaron 25 mil 263 trabajadores agrícolas a nueve...

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