Prólogo

AutorCésar Camacho
Cargo del AutorDiputado presidente de la Junta de Coordinación Política. LXIII Legislatura
Páginas13-15
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Prólogo
eivindicador del orden constitucional, es decir, exigen-
te de que los actos de la autoridad se sometieran a la
Ley y, por tanto, tuvieran el carácter de legales y legítimos,
el carrancismo, en el contexto de esa eclosión social llamada
Revolución Mexicana, fue mucho más que el movimiento res-
taurador del marco institucional, el fenómeno político que dio
cauce jur ídico a demandas so ciales que parecí an incompatibles,
que sentó las bases para alcanzar la paz e impulsó el surgimien-
to del México moderno.
Había que “constituir la Revolución”, escribió Félix F. Pa-
lavicini. Era preciso “removerlo todo [] drenarlo y construir-
lo de verdad”, dijo en 1915 el propio Venustiano Carranza al
contemplar las vetas de la realidad nacional: el problema agra-
rio, el desafío obrero, la propiedad sobre los recursos natu-
rales, la relación con la Iglesia, la educación pública, el papel
del Estado en la economía y el régimen político. Tanto o más
compleja que la batalla militar, la disputa política y legislativa
de 1916-1917 exigió lo mejor de esa generación de mexicanos.
Autodenominado “constitucionalista”, el carrancismo se
basó en las disposiciones de 1857 para criticar al viejo régi-
men, que había hecho de la Carta fundamental, vestidura de
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