Profundiza Artículo sobre la Polémica Vida de Tomás Garrido Canabal

* La revista "Relatos e historias en México" lo publica en su más reciente número

México, 29 Jul. (Notimex).- El general Lázaro Cárdenas calificó al estado de Tabasco como el laboratorio de la Revolución Mexicana, durante el gobierno de Tomás Garrido Canabal, quien es considerado uno de los políticos más controvertidos de este país, pues fue anticlerical, odiado por muchos y querido por otros tantos.

Cárdenas manifestó lo anterior cuando era candidato a la presidencia mexicana en marzo de 1934, postulado por el Partido Nacional Revolucionario, durante una visita a Villahermosa, capital de Tabasco.

De ese pasaje da cuenta el doctor en Sociología Política, Carlos Martínez Assad, en un artículo que publicó el número 47 de la revista "Relatos e historias en México", correspondiente a julio.

Cárdenas gobernó a México de 1934 a 1940 y llamó a colaborar en su gabinete a Garrido, como secretario de Agricultura. Esde recordar que Garrido fue gobernador de Tabasco en dos ocasiones, de 1922 a 1926 y de 1930 a 1934.

Martínez Assad comentó que se han contado innumerables anécdotas sobre el modo autoritario en que Garrido gobernó Tabasco después de la Revolución, así como del fanatismo moralista con el que impregnó su actuación política, quizá inspirada en el cooperativismo fascista, entonces en ascenso en Italia.

Pero, en realidad, ¿Quién fue ese hombre al que el general Cárdenas apoyó tras ser electo presidente en 1934?, ¿Por qué su sombra después de muerto es más oscura que la mala fama que tuvo en vida?, son las incógnitas que despeja Martínez Assad en su artículo.

A pesar de ello, Garrido también fue como lo definió el laureado y ya fallecido periodista tabasqueño, José Pagés Llergo, "un hombre que atravesó como meteoro el cielo político de México para convertirse en síntesis del espíritu revolucionario de su época", a quien Cárdenas ensalzó al considerarlo el creador del laboratorio de la revolución mexicana.

El escritor británico Graham Greene llegó a México en 1938 para buscar las huellas de la persecución religiosa, en particular la que desató Garrido en Tabasco.

Greene sólo escuchó del garridismo las versiones de quienes permanecieron en el estado cuando no era posible la objetividad y Tabasco se debatía entre la memoria y el olvido.

Pagés Llergo decía al respecto: "No concibo a ningún mexicano, a ningún tabasqueño, que no prefiera al Garrido que quemaba santos y daba de comer al...

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