Profundamente humanos

AutorNora Magaña

Cuando todo vuelva a la calma, vamos a salir como seres profundamente humanos.

Nos habremos quitado la máscara de seres perfectos, de vidas felices. Vamos a saber que vale más el abrazo de mamá o de la pareja, que mil medallas en nuestra colección.

Sabremos que las personas necesitan de tu mirada y oído atentos, de tu sonrisa, de tu alegría. Que los hijos y los nietos florecen cuando estamos unidos y vibrando en un amor compasivo, cuando estamos ahí para ellos.

Ahora vemos a las familias conversando de temas profundos. Los niños están felices, pues vuelven a ser el centro de atención de las familias. Mamá está en casa. Papá tiene tiempo de jugar con ellos.

Deseo que todos desarrollemos la resiliencia que nos haga seres asertivos; que no dejemos de cuidar nuestro cuerpo, mente y espíritu, y que podamos tener paz y ser fuente de luz para nuestras familias.

Es tiempo de escribir, meditar, colorear mandalas, hornear, todo lo que permita conectar con nuestra sabiduría interna y poder proyectar cómo queremos que sea nuestra vida cuando esto termine.

El 2020 es un año que nos invita a regresar a lo básico, a lo simple, a la austeridad compartida...

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