La procuracion de justicia que requiere una sociedad moderna. Los cambios necesarios
Octavio Igartúa Araiza
El tema es la procuración de justicia que requiere una sociedad moderna, y es difícil aproximarse al concepto de lo que es una sociedad moderna sin descartar una cierta percepción apocalíptica en este período de contracciones previas al parto del tercer milenio.
La sociedad es en esencia la unión moral de personas humanas para el bien común; no es, por su naturaleza, un ente sustancial, sino un ente intencional de relación, y su fin propio es el bien común el que, prescindiendo de las distinciones y sutilezas propias de los filósofos sociales, no es sino el conjunto de bienes y servicios que la colectividad social pone a disposición de sus miembros para que éstos alcancen su desarrollo pleno en todos los órdenes, material, cultural, moral, espiritual. Es un medio para que se realice un fin superior, y éste es el fin propio de la persona humana.
Dependiendo de las circunstancias históricas y sociales de cada comunidad humana, la sociedad ayudará al hombre a conseguir su fin individual garantizándole la necesaria libertad de acción, proporcionándole los suficientes medios materiales para su vida y desarrollo físico y sicológico, y lo más importante, creando la indispensable atmósfera de orden, justicia y seguridad para que ejercite su actividad tranquilamente y en armoniosa cooperación con sus semejantes. Podemos convenir en que la sociedad, es absolutamente para los individuos, y éstos son relativamente para la sociedad, tanto cuanto sea necesario para que la sociedad exista y cumpla su fin, y en ello debe buscarse el equilibrio que elimine el individualismo exagerado con mengua de los derechos de la sociedad, y el colectivismo extremo en detrimento de los derechos del individuo.
Alrededor de esto, se han planteado todas las interrogantes en torno a cuál es el camino que conducirá a los pueblos al bienestar, y al progreso. ¿El liberalismo de base individualista?, ¿el socialismo de tendencias colectivistas?
En todo caso, el camino aceptable es el que reconozca a la persona humana como es: libre y responsable capaz de forjar su destino individual, pero por otra parte plenamente solidaria con los demás hombres en la búsqueda del bienestar social. El nuevo orden mundial emergente al cual se van ajustando los países latinoamericanos, se caracteriza por la interdependencia asimétrica, la concentración del poder mundial en bloques, y la...
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