'Peña será el primer priista'

AutorErnesto Núñez

Con el sabor de la victoria reflejado en la sonrisa, Pedro Joaquín Coldwell se da el lujo de bromear: "sí, fueron 18 millones 294 mil masoquistas que votaron por Peña Nieto".

Lo dice cuando los cómputos distritales iban al 95 por ciento de las casillas (la suma definitiva rebasó los 19 millones de votos horas después de la entrevista). Ironiza con las palabras de López Obrador, quien llegó a decir que sólo un "masoquismo colectivo" regresaría al PRI a Los Pinos.

En su oficina de la sede nacional priista, el senador quintanarroense niega que el resultado del 1o. de julio implique una regresión autoritaria.

-¿Estamos frente a una restauración?, se le pregunta.

"No, estamos frente a una renovación, frente a la segunda generación de alternancia de la democracia mexicana", responde.

Pero, en esa segunda alternancia por venir, Coldwell tiene muy claro el papel del PRI como partido de gobierno, y el de Peña Nieto como líder natural de la organización.

"Maurice Duverger dice que los partidos políticos tienen la impronta de su origen: el PRI nació como un partido de gobierno, y los priistas tenemos una cultura de institucionalidad muy arraigada. Sin embargo, la relación no puede ser igual a como fue en otros tiempos. La Presidencia democrática que proclama Peña Nieto también debe reflejarse en un liderazgo partidario moderno y democrático", explica.

-¿Pero Peña Nieto será el primer priista del país?, se le cuestiona.

"Sí, desde luego que sí; en un régimen presidencial el Presidente debe ejercer el liderazgo de su partido", señala.

-¿Ya no más sana distancia?, se le insiste.

"Ésa afirmación correspondía a otros tiempos".

Y entonces matiza: "más que una alianza incondicional, el PRI tiene la obligación de contribuir a la eficacia del gobierno del presidente Peña Nieto y él tiene, en este nuevo liderazgo, que ejercer una actitud de respeto frente a los derechos políticos de los militantes priistas".

Aunque acaba de ganar las elecciones, Coldwell anticipa que el PRI se someterá a una reforma profunda, en paralelo a su regreso al Poder Ejecutivo. Una transformación de su plataforma ideológica, de su organización interna y la forma en que se relaciona con la sociedad.

Promete, incluso, ejercer una labor de contraloría sobre el gobierno y sus funcionarios.

"Debe haber una rendición de cuentas no sólo a los ciudadanos, sino al partido. El PRI debe recuperar una voz más fuerte de reclamo a aquellos funcionarios priistas que se apartan de un comportamiento ético o de la responsabilidad que deben tener en el desempeño de sus cargos", ofrece.

El regreso

Los resultados del 1o. de julio (aún preliminares) indican que el PRI regresa con menos fuerza en el Congreso que cuando se fue en el 2000: en la LVII Legislatura (1997-2000) tuvo 239 diputados y 77 senadores, en la XLII tendrá 207 diputados y 53 senadores. En ambos casos como primera minoría.

Antes de julio del 2000, gobernaba 21...

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