Visión Mundial/ Las primarias comienzan. ¿Cuánto durarán?

AutorGabriel Guerra Castellanos

A menos de que se presente una sorpresa mayúscula, el otro contendiente demócrata, Bill Bradley, obtendrá un resultado digno que le permitirá seguir en la contienda, mientras que los retadores republicanos Steve Forbes John McCain tendrán, el primero, que observar desde lejos la llegada a la meta de Bush, mientras que el segundo le disputa la victoria.

Es difícil establecer a ciencia cierta cuándo es que empieza verdaderamente una campaña presidencial en Estados Unidos. Si bien la primera votación formal se da tradicionalmente en estas épocas en New Hampshire, varios estados han tratado recientemente de aumentar su influencia adelantando sus fechas o, como en el caso de Iowa, inventándose alguna variante. Ya en agosto del siglo pasado hubo un "voto de paja" en ese estado, y el reciente "caucus" sólo comprobó una vez más las particularidades del mecanismo electoral estadounidense.

Ciento ochenta mil ciudadanos asistieron a votar la semana pasada en Iowa, apenas un 10 por ciento del total de electores registrados. La maquinaria electoral de grupos de presión y sindicatos demostró su eficacia del lado demócrata, donde Gore fue apabullante, mientras que de parte de los republicanos, Bush ganó cómodamente, pero encontrándose con que los muchos millones de dólares invertidos por Steve Forbes en ese estado le redituaron un muy respetable segundo lugar. Como clara prueba de lo relativas que son estas cosas, McCain ni siquiera se molestó en hacer campaña en Iowa.

Pero más allá de las superficialidades aparentes, el proceso de las primarias se nos presenta con otras cuestiones, mucho más serias y de fondo.

Son preguntas que tienen que ver con el corazón mismo del sistema electoral del que se llama el ejemplo democrático del mundo, nos llevan a conclusiones que, con el perdón de Carlos Monsivais, documentan nuestro escepticismo.

Primero está el tema de la equidad y la competencia. A estas alturas ya prácticamente nadie pone en duda que serán Bush y Gore los abanderados de sus partidos. Más allá de lo que hagan o dejen de hacer sus contendientes, se trata ya más de predecir cuándo tirarán la toalla y dejarán libre el escenario a los ungidos. Incluso después de Iowa, antes aun de iniciar las primarias, los estrategas de Gore y Bush comenzaban a enfocar sus baterías más allá de las líneas partidistas.

La verdadera carrera por la Presidencia podría ya haber comenzado.

Dadas las estratosféricas cantidades de dinero necesarias para competir, un buen...

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