El PRI madruga la venezolanización de México

Francisco Gil-White

(Catedrático del ITAM)

EL UNIVERSALSe aprobó la Ley de Seguridad Interior. Permite al Ejecutivo, unilateralmente, sin la venia del Congreso, vistiendo cualquier excusa de "amenaza a la seguridad interior", declarar estado de excepción, por el tiempo que sea, y poner en las calles, en funciones policiales, a cuanto militar quiera. En el uso de estas funciones el Ejecutivo será impune, pues, reza el Artículo 10: "La materia de Seguridad Interior queda excluida de lo dispuesto en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo." Vivimos la militarización de México.

¿Eso es malo? No, dicen algunos. Una ciudadanía temerosa y violentada merece orden y seguridad; no hay alternativa. Pero, en nuestra historia reciente, cada aumento de inseguridad y violencia fue seguido de mayor fuerza oficial, y nuevas alturas de inseguridad y violencia. Esperar un resultado distinto, cuando hacemos siempre lo mismo, es, como dicen, definición de locura. No habrá seguridad. Mientras no se limpie la corrupción del Estado, y no se descriminalice la producción y distribución de drogas (van de la mano), el ciclo continuará.

¿Qué importa?, dicen otros. Los militares estaban ya en las calles. Pues sí. Y eso importa. Y ahora no se irán. La nueva ley borra toda limitación al uso de fuerzas armadas en funciones civiles.

Más preocupante es el probable resultado de corto plazo. Tiene ahora el Ejecutivo los medios legales, bajo excusa de poner orden, para un arrebato golpista. No se imaginará usted que, a punto de salir, el PRI haya creado este poder ¡para regalarlo! El PRI ya no se irá. No habremos de despedirlo. Despidamos, luego, en acto solemne, a la incipiente democracia mexicana.

Todo esto lo dirán otros. Pasemos a lo que nadie menciona: esto colma una intervención extranjera, estadounidense, que se inscribe dentro de una vieja tradición de impedir, socavar, o destruir la democracia en América Latina.

Es bien conocido el papel de EU en los golpes de Guatemala y Chile, y también que entrenara y armara fuerzas terroristas en El Salvador y Nicaragua. Menos conocido es el papel de la CIA, en las décadas 1970-80, coordinando el terrorismo de Estado de varias dictaduras latinoamericanas: Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, y Chile. Lo llamaron Operación Cóndor (dele una buscadita). Estas políticas, de ambos grandes partidos, las defendieron como "bien intencionadas", porque claro: "peleaban la Guerra Fría". Pero puede uno combatir comunismo con...

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