Prevén expertos avance de cultura democrática

AutorErika P. Bucio

Las elecciones del 2006 abren la oportunidad de avanzar hacia una cultura democrática y desterrar los lastres del autoritarismo, coinciden sociólogos e historiadores.

El actual proceso electoral, considera Fernando Castaños Zuno, académico del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, brinda la posibilidad de elevar la calidad de la democracia mexicana, ya que aún persisten las violaciones a los derechos humanos y las deficiencias en la impartición de justicia.

"La democracia mexicana es de baja calidad. Para que suba su nivel debe existir una cultura democrática desarrollada", expone Castaños Zuno.

Será hasta las elecciones intermedias de 2009, cuando se renueve la Cámara de Diputados, afirma, que se podrá decir si la democracia en México se ha consolidado, ya que la de ayer fue la primera elección competida, con distintos proyectos de gobierno.

Pero la cultura democrática, entendida como el respeto al otro, a las leyes y a la regla de la mayoría, se topa hoy día con el desinterés por la política de un gran número de mexicanos, aunado a la desconfianza hacia los partidos políticos.

"No diría que tenemos una ciudadanía cívica; todavía hay un gran grupo de mexicanos que vive en los márgenes de la política, para quienes la bandera y el PRI son la misma cosa, por tanto, no hay otra que votar por mí país. Digamos que todavía existe una forma de participación como súbdito: la política la hacen otros", explica el sociólogo Víctor Manuel Durand, experto en temas de participación y ciudadanía.

Más de 70 años de poder priista, expone la historiadora Georgette José Valenzuela, han dejado su cuota de autoritarismo.

"Cada mexicano tiene un priista dentro; (surge) cuando decimos: 'éste es deshonesto, pero así son todos' o en el hecho de que no haya un reclamo ciudadano. Es un lastre del autoritarismo", expone la también académica del IIS-UNAM, quien se ha especializado en la historia política del México moderno.

En esta elección, el historiador Álvaro Matute ve una oportunidad de romper con las prácticas del pasado y lograr una cultura cívica.

"No puede ser de la noche a la mañana, son procesos lentos, pero puede haber una aceleración con las coyunturas, como cuando en 1953 se empezó a ejercer el voto femenino, o la confiabilidad que tuvieron las elecciones de 2000. Ver ahora a tantos ciudadanos como funcionarios de casilla es un avance en la educación cívica", asegura el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de...

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