El Presupuesto acota la Cuarta Transformación

AutorMartha Martínez

La viabilidad de la transformación ofrecida por Andrés Manuel López Obrador pasará por la negociación de un Presupuesto que está atado al pago de rubros como intereses de la deuda y el costo de las pensiones y las jubilaciones.

El nuevo Gobierno se comprometió a no incrementar la deuda pública, a no aumentar los impuestos y a no crear nuevos. Además, anunció el establecimiento de una "zona franca" en la frontera norte, en donde prevé aplicar la mitad del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que actualmente es del 16 por ciento.

Estas medidas y un gasto comprometido que asciende al 80 por ciento de los recursos disponibles, confrontarán a la próxima administración a una reducida bolsa de recursos para cumplir con sus 25 prioridades y atender los rubros que no están catalogados como tales, pero que son necesarios para el país.

Para Fernando Galindo, ex subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, y Patricia Terrazas, presidenta de la Comisión de Hacienda y Crédito Público, medidas como la austeridad, la reasignación del gasto y el uso eficiente de éste son necesarias; pero no está claro si serán suficientes para superar las restricciones de gasto y cumplir con las enormes expectativas ciudadanas creadas durante la campaña de Andrés Manuel López Obrador.

GASTO COMPROMETIDO

La Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados calcula que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 será de 5.6 billones de pesos, cifra que representa un incremento inercial respecto al Presupuesto de 2018 (5 billones, 279 mil 667 millones de pesos).

De los 5.6 billones de pesos calculados para 2019, la nueva administración contará con menos de un billón para poner en marcha su proyecto, debido a que la estructura general del gasto no se modificó.

Desde hace varias décadas, una enorme bolsa de recursos del presupuesto federal es gasto comprometido, es decir, se destina a obligaciones como el pago de los intereses de la deuda, pensiones y jubilaciones, Adefas y la nómina de la Administración Pública, lo que ha dejado un pequeño margen de acción a los gobiernos.

El diputado Fernando Galindo, ex subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, afirma que sí es factible alcanzar la meta de completar el PEF 2019 con los ingresos disponibles, es decir, sin contratar deuda o modificar la miscelánea fiscal, como ha prometido el Presidente electo.

No obstante, advierte que esto generará fuertes restricciones de gasto, porque de la bolsa total de 5.6 billones de pesos, 3 billones se irán al costo financiero de la deuda, al pago de pensiones y jubilaciones y a estados y municipios.

Alrededor de 1.5 billones serán para Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y los organismos autónomos.

Galindo, quien fue el encargado de diseñar los seis presupuestos de la presente administración, indica que aun cuando queda un billón de pesos para el gasto de las secretarías de Estado, dentro de esta bolsa también hay recursos que son difíciles de mover, como los destinados al gasto social, que representan alrededor de 500 mil millones de pesos y la nómina de las dependencias relacionadas con la seguridad pública.

"Ya tienes 500 mil millones de pesos menos, bueno, 500 difíciles de mover. Te quedan otros 500 y tienes seguridad pública, ahí tienes Policía Federal, la PGR, la Sedena y Marina... entonces, sí, las restricciones del gasto se van complicando", advierte.

El economista sostiene que si bien habrá que ver cuántos recursos derivan de las medidas de austeridad, de las reasignaciones y de la eficiencia del gasto, aún no queda claro si éstas...

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