Preso en su laberinto

AutorHugo Hernández

Por lo general el cine que se afana en acercarse a los "grandes personajes de la historia" tiene lagunas de orden histórico, vacíos de carácter dramático y carencias en el terreno cinematográfico. Rara vez se va más allá de la solemnidad y muy pocos cineastas se atreven a pasar la frontera de la recreación para intentar un verdadero ensayo. Felizmente el francés Antoine de Caunes y su El Señor Napoleón (Monsieur N., 2003) se liberan de esta prisión. Y es una sorpresa por todos lados, pues el realizador tuvo un desafortunado debut cinematográfico y sus trabajos televisivos como animador son considerados como "eurobasura".

La acción se instala en 1840, cuando el cuerpo del gran Napoleón Bonaparte es repatriado. Es entonces que un militar inglés que lo conoció recuerda los años pasados por el emperador en su cautiverio en la isla de Santa Helena. Regresamos entonces a 1815, año en que el francés es hecho prisionero por los ingleses y enviado a la isla malsana. Ahí la vida es gris, como el cielo. Pero el gran militar y político no ha de quedarse con la mano al pecho, es un hecho.

De Caunes se da a la tarea de especular sobre los últimos días de una personalidad de la que en principio se considera que no encierra mayores misterios. Sin embargo la apuesta es...

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