El preso que dirigía el Cártel
Desde el Reclusorio Norte, Francisco Wesson Muñoz, de nacionalidad
norteamericana, según informes de inteligencia dirigía una organización que traficaba cocaína de Colombia a Estados Unidos.
El 14 de febrero Wesson Muñoz amaneció en la Penitenciaría de Santa Martha, su negocio quedó acéfalo y las autoridades penitenciarias
integran una averiguación.
Francisco Wesson Muñoz era un preso singular, ya que hasta hace menos de 15 días dirigía una red de narcotráfico en Colombia, México y Estados Unidos desde su celda en el Reclusorio Norte.
Encabezaba el grupo más poderoso en ese penal, donde purgaba una sentencia de 12 años por delitos contra la salud, y además mantenía el control del tráfico de estupefacientes en todas las cárceles de la Ciudad de México.
Una fuente de inteligencia de primer nivel asegura que el narcotraficante es de nacionalidad norteamericana, a pesar de que en los registros de la Dirección General de Reclusorios, Wesson Muñoz declaró ser originario de Tamaulipas.
El pasado 14 de febrero, sus operaciones de narcotráfico fueron interrumpidas a raíz de que fue trasladado a la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, después de que se descubrió su participación en un intento de fuga.
En sus inicios como narcotraficante, Wesson Muñoz trabajó con Miguel Angel Félix Gallardo, de quien se distanció y, posteriormente, operó solo.
Desde 1990 estaba preso en la zona de máxima seguridad del Reclusorio, junto con otros 43 internos, calificados como de alta peligrosidad. Wesson Muñoz se apoderó de control de las instalaciones, exigía el pago en dólares por el derecho a permanecer en esas celdas preferenciales, calificadas como " el lugar más seguro en todo el Distrito Federal", según una fuente de la DGR.
"El Módulo de Máxima Seguridad era rentado desde hace ocho años y Wesson Muñoz lo convirtió en una especie de condominio del cual él era el administrador".
Se adueñó de ocho celdas donde tenía jacuzzi, habitaciones, incluso para sus familiares y para la servidumbre. Instaló jardines, pista de caminata, área para juegos infantiles y un gimnasio, con valor de 10 mil dólares.
"El cobraba las rentas, decidía quién podía entrar y quién no, así como el espacio que le correspondía a cada quien", aseguró la fuente.
Wesson Muñoz, de 48 años, tenía contactos cercanos con los cárteles de Cali y de Medellín, Colombia. Actualmente sus lugartenientes se relacionan con el Consejo de Bogotá, donde se encuentran los capos más poderosos de Colombia.
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