Tiempo de Negocios / Presionan votación unánime contra Ferromex - Ferrosur

AutorDarío Celis Estrada

El nuevo veto que la CFC le impuso a la fusión de Ferromex y Ferrosur, cuya resolución se debió notificar oficialmente a las partes ayer, trae atrás una historia de terror, que a fuerza de ser sinceros, deja mal parado al organismo antimonopolios.

Es necesario trasladarse, más o menos, a la semana del 16 de octubre, cuando las huestes de German Larrea y Carlos Slim empezaron a desplegar toda una operación cicatriz, que incluyó contacto con sus competidores y los comisionados.

Las empresas venían de perder en junio la resolución con un muy escaso margen: Eduardo Pérez Motta, Rodrigo Morales y Adalberto García Rocha habían votado en contra de la fusión.

El que los comisionados Miguel Flores y Agustín Navarro votaran a favor les abrió una gran ventana, que Larrea y Slim empezaron a trabajar. Fue así como aceptaron quitar aspectos impugnables para suavizar la fusión.

Por ejemplo, renunciar al voto de un 25 por ciento en la Terminal Valle de México, dar derechos de paso a la línea Chiapas-Mayab en Veracruz, cambiar toda la operación del patio de ese puerto y abrir más competencia en Altamira y Monterrey.

El interés por zanjar las diferencias incluso los llevó a realizar una declaración unilateral de voluntad ante notario. Es decir, se obligaban a cumplir con eliminar esas y otras barreras más, siempre y cuando les autorizaran la fusión.

Para fines de la semana del 23 de octubre las cosas iban muy bien para los equipos de Larrea y Slim, pues ya habían adelantado algo de su estrategia a Pérez Motta. El lunes 30 de octubre entró oficialmente a la Cofeco la declaración unilateral.

Es decir, el documento notariado estaba en la mesa de los comisionados tres días antes del pleno que abordaría la fusión. Pero pasó lo inexplicable: los comisionados pospusieron una semana el pleno.

Lo grave fue que no sólo se reprogramó, sino que se adelantó para el miércoles 8 de noviembre, día en que Agustín Navarro estaba ausente porque se fue a encabezar un reconocimiento que su padre recibió en Estados Unidos.

Ahí se dio el punto de quiebre, pues Ferromex-Ferrosur sabía que además de Navarro tenían el voto seguro, otra vez, de Miguel Flores. Incluso se afirma que García Rocha vio con simpatía los compromisos que adoptaban los fusionantes.

Había condiciones, pues, para un empate técnico. Sin embargo, por lo que se sabe, la votación se dio sin Navarro y aparentemente con el voto de calidad de Pérez Motta. Al final trascendió que fue por unanimidad y en contra.

Aunque...

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