Preserva la memoria a través de objetos
| Autor | Martha de la Torre |
En un pequeño taller, acompañado de la luz de la tarde, música clásica y sobre todo un ambiente de tranquilidad, el restaurador se dispone a trabajar sobre piezas rotas o deterioradas, principalmente esculturas y jarrones.
El valor de las piezas sobre las que trabaja es su inspiración, no sólo por el costo económico, sino también por lo sentimental, ya que muchas de ellas son piezas únicas.
"(El precio que se paga por restaurarlas) lo vale y que ya no puedes conseguirlas en ningún lado, fue una herencia de su bisabuelita, o así", expresa Vicente Carrillo.
El trabajo que realiza es minucioso, requiere de paciencia además de habilidad, necesita esmerarse en cada restauración pues el valor de su labor radica en que no se note que éste se realizó.
"Eso se llega a lo máximo cuando no se note, hay piezas que venden en unas casas de antigüedades que las pasan como si fueran auténticas, que no les hayan pasado nada", menciona.
Por ello su labor va más allá de pegar trozos de una misma pieza como si fuera un rompecabezas.
"(Después de pegar) se empastan las grietas que posiblemente queden, como en estas piezas va a quedar (espacios) vacíos, hay que rellenarlo con material que se le acerque", indica.
Vicente resana la escultura y la deja secar, en ocasiones la deja una semana para que seque bien y después vine el pulimento, y a base de barnices se resanan las grietas que por último se pintan.
"Después del barniz ya vienen los colores, poco a poco, porque si se dan fuerte los tonos se te mancha la pieza y es difícil sacar todavía la mancha, por eso se va dando como si fuera acuarela, la acuarela es pintura muy delgadita para que vaya poco a poco acercándose a lo que uno quiere".
El restaurador afirma que el blanco es el color más difícil de imitar, porque no tiene combinación alguna, a menos que tenga una tonalidad azulosa o café.
"Pero si es un blanco más puro es más difícil, porque necesitas una pintura que sean exactamente el tono del blanco", indica.
Para la aplicación de colores Vicente necesita hacerlo a la luz del día, pues bajo luz artificial se pueden esconder tonalidades diferentes que dejen de manifiesto que la pieza fue restaurada.
"Lo que de noche haces, de día aparece, en este caso debe de ocupar el mayor tiempo de buena luz".
Además, antes de concluir que ha dado con el tono del color exacto necesita dejar secar la pintura, porque puede variar después de haber secado.
"Hay casos en que le das (el tono de) la pintura y ésta exactamente...
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