Premian a otomíes por trabajo pastoral

AutorEduardo Velasco

TEMOAYA.- Un grupo de 20 otomíes de esta demarcación serán recompensados por su labor pastoral, presenciando la ceremonia de canonización de Juan Diego.

La cercanía con la iglesia y la labor pastoral que realizan en sus comunidades, sirvieron para que los indígenas obtuvieran un boleto para poder estar cerca del Santo Padre y la Virgen Morena.

Evangelizadores, catequistas y consejeros de raíces prehispánicas, en el caso de Temoaya, fueron los convocados para asistir a la ceremonia de canonización, quienes recibieron la convocatoria por parte de la congregación "Legionarios de Cristo".

Benito Dionisio Julián, evangelizador de origen otomí, perteneciente a la congregación, señaló que la invitación para ser parte de este evento, se realizó para aquellas personas que conserven sus tradiciones y costumbres indígenas, las cuales se pudieran reflejar en sus vestimentas y manejo de su dialecto prehispánico.

La tarea de evangelizador laico que realiza desde hace casi una década, fue lo que le dio el privilegio a Benito de ser unos de los mexiquenses que estarán presenten en la Basílica de Guadalupe.

"Cuándo me entere que venía el Papa a México me surgieron los deseos de poder verlo aunque sea a unos 100 metros de distancia, pero ahora que me dieron el boleto me siento muy contento, ya que estoy seguro que lo veré de cerca", externó.

Otra de las privilegiadas que se encontrará en el santuario será Victoria Paulina González, mujer otomí de 39 años, a quien le gustaría, manifiesta, saludar de mano a Juan Pablo II.

"Le llevo muchas oraciones al Papa para que mejore su salud", expresó Victoria quien desde hace 9 años trabaja como catequista en este municipio.

Como un milagro de Dios es como califica María Alberta Vicente, de 44 años de edad, de tradiciones y costumbres otomíes, la quinta visita del Santo Padre a México, ya que es una muestra de amor que tienen hacía el pueblo mexicano.

"Fue una sorpresa muy grande cuando me dijeron que iría a ver al Papa en vivo, ya que nuca me imagine, que de la misma forma en que la Virgen de Guadalupe se fijó en Juan Diego...

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