Premian creatividad a favor del ambiente
| Autor | Georgina Montalvo |
De una primaria considerada por su directora como de alta vulnerabilidad, escondida en el cerro de Tepeximilpa, Tlalpan, salió un grupo de alumnos cuya fama como realizadores comienza a volverse internacional.
Convocados hace un par de años por la asociación civil La Matatena, niños y niñas de la escuela Sóstenes Nicolás Chapa Nieto se enrolaron en el taller Nuestra Tierra, Nuestra Casa, para elaborar un cortometraje encaminado a generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.
De la imaginación y reflexión surgió "Vida Monstruosa", que se hizo merecedor en marzo pasado al Premio al Mejor Cortometraje de Animación del festival canadiense Freeze Frame.
Gustavo, Sonia, Eduardo, Yuliana, Adriana, Andrea, Joana, Jesús Horacio, Luz María, Ilian, Diego y Alfredo cursaban sus últimos años de primaria cuando participaron en el taller; ahora, todos ellos están en secundaria y se volvieron a reunir para hablar sobre este trabajo.
"El cortometraje ya ganó tres premios: en Canadá, Bolivia y Argentina", le dijo Gustavo a Ilian, quien respondió incrédula:
"¡Órale!, ¡yo ni idea!".
Tras la impartición del taller Nuestra Tierra, Nuestra casa, "se hizo la selección de los niños más animosos, más pilas, que tenían una parte de conciencia más abierta, disposición más amplia y un trazo mejor", explica Mayela Valdés, directora del taller de animación en plastilina de La Matatena.
Así inició el proceso creativo. "Volvimos a la sensibilización, conversamos sobre qué decía la Madre Tierra, qué nos estaba afectando, qué creíamos que no estábamos haciendo para tener armonía", cuenta Mayela.
"Nos hicieron hacer dibujos sobre de qué queríamos que tratara la historia", recuerda Eduardo, quien ideó el inicio de la historia.
"Se trata que había un mundo de niños que tiraban mucha basura en la calle, luego, alguien más dijo de un monstruo", continúa Eduardo orgulloso.
El monstruo sin nombre se alimenta de la basura, por lo que crece a tal grado que destruye parte de la ciudad. Ante la situación de emergencia, un grupo de niños se reúne para discutir cómo acabar con él. Ni quemarla, enterrarla o echarla al mar son alternativas porque el mundo terminaría más contaminado. La solución: separar al monstruo en botes de basura orgánica, inorgánica, plástico, vidrio y papel.
"Hay muchas personas que no entienden que no deben tirar basura y por eso están dañando al medio ambiente. Por eso hicimos el cortometraje", comenta Sonia.
¡A RECICLAR!
Con la idea de la congruencia en...
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