Premian en Coahuila a colaborador gráfico de EL UNIVERSAL

SALTILLO, Coah., octubre 4 (EL UNIVERSAL).- En una reñida competencia donde se recibieron 4 mil 587 fotografías, de mil 529 reporteros gráficos de todo el país, Salvador Cisneros Silva, colaborador del periódico EL UNIVERSAL, obtuvo el primer lugar con la foto titulada: "Niños de la Amapola".

"Chava", quien radica en Guerrero y desde esa entidad colabora con El Gran Diario de México, tiene seis años documentando la vida de las comunidades indígenas y ganó el Concurso Nacional de Fotografía "Los Derechos Humanos 2018" con el foto reportaje de Bernardino.

"Berna", es un niño de 10 años de edad, quien vive en las montañas de la sierra de Guerrero, y el fotoreportaje se publicó por El Gran Diario de México el 24 de junio pasado.

Esta es la segunda vez que Cisneros Silva es galardonado, el 17 de septiembre pasado obtuvo el segundo lugar del certamen "Rostros de la Discriminación, Gilberto Rincón Gallardo 2018", en la categoría de fotografía por su gráfica: "Súper Sexys imponen respeto a la diversidad en Guerrero", que se publicó en la sección de estados de este diario el 13 de agosto del año pasado.

Desde que "Berna" tenía 5 años de edad, todos los días madruga; el pequeño se levanta a las 05:30 horas, camina 5 kilómetros para ir a darles de comer a los cerdos y chivos, que es el tesoro familiar, pues venden alguno cuando alguien se enferma para poder pagar al doctor.

Después recorre casi 10 kilómetros para ir a la escuela. "Berna" acude al plantel que está hecho con pedazos de madera, techo de lámina, es de piso de tierra, pero además presenta todo tipo de carencias.

Vive en una zona marginada donde las familias reciben ingresos por 2 mil o 5 mil pesos al año, cifra que apenas les alcanza para medio comer y no tienen esperanzas de poder progresar, sólo los que se van de mojados en busca del sueño americano a los Estados Unidos.

"Berna", junto con su hermano de 13 años, trabaja en los campos de amapola, le pagan 150 pesos diarios por recolectar la goma de opio.

Trabaja mucho, pese a que se lesionó cuando tenía 8 años, accidentalmente se fracturó un brazo y como no había dinero para llevarlo con un doctor sus padres le pusieron dos pedazos de madera y se los amarraron con hilo para que soldara el hueso.

El niño no sabe para que se usa la goma de opio, pero no pregunta, lo único que le interesa es que le paguen para ayudar a la manutención de su familia.

Como le gusta mucho estudiar mantiene la esperanza de que el gobernador de Guerrero (Héctor...

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