Pregones / Luis Donaldo Colosio

El 21 de marzo, justo el día en que iniciaba la primavera, Luis Donaldo se reunió a comer con un grupo de intelectuales. Se sentía el cambio de estación. Salvador Castillo había presentado su fantástica casa en el cetro de a ciudad conocida como "la Sequía" ya que precisamente por ahí pasaba una. También es conocida como la casa de Colosio Villegas, pues fue la residencia de don Daniel durante algunos años. Espléndidamente restaurada se ha convertido en un espacio cultural. Es entre otras cosas, la sede del ateneo español. El candidato llegó puntual y radiante a pesar de venía de una reunión en una colonia popular. Estaban presentes Miguel León Portilla. Teodoro González de León, Marcos Moshinsky, Eduardo Matos, José Luis Martínez, Catalina Sierra, Guillermo Soberón, Leopoldo Solís, Enrique Flores Cano, Héctor Aguilar Camín, Federico Reyes Heroles, Leopoldo Zea, Manuel Felgueres, Enrique González Casanova, Silvio Zavala, Beatriz de la Fuente y otro par de intelectuales del mismo tamaño que se nos escapan. Le expusieron comentarios, inquietudes y propuestas, pero realmente lo que deseaban era conocer al hombre que seguramente sería el presidente de México, Colosio radiaba felicidad que se traslucía en una sonrisa maravillosa. Estuvo contento y chispeante intercambiando opiniones y experiencias de los intelectuales. Voló el tiempo y la comida se prolongó mucho más de lo programado. Podríamos describirlo como si hubiera sido ayer. Hasta nos viene a los sentidos el olor de las naranjas que adornaban la mesa, el color morado del mantel de papel picado que vestía la mesa y el brillo de las esferas mexicanas colocadas por doquier. Se trataba nada menos que de la última comida...

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