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Prefieren dejar sus tierras en Tabasco

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Vincent
AutorCarlos Marí

RANCHERÍA ORIENTE / Tabasco

Cuando el pasado 8 de julio hubo otra explosión en un ducto de Pemex, Josefa Hernández Martínez perdió la tranquilidad.

Ahora es una de las 25 mujeres que, junto con sus esposos, mantienen bloqueados los trabajos de tendido de un gasoducto que realiza una empresa contratista de Pemex.

Al igual que sus compañeros reclama a la paraestatal la reubicación de sus viviendas.

"No me importa que tenga que dejar mis tres hectáreas de plantíos de cacao que me dejó mi padre, pero que me saquen de aquí", dice Josefa, desde uno de los tres puntos del bloqueo en el que participan -desde hace tres días- otras tres comunidades: la de Comalcalco, la de Chichicapa y la de el Ángel.

El temor entre los pobladores aumentó por los daños que dejó el último siniestro en la región: 5 lugareños muertos y más de 100 hectáreas afectadas.

Por eso, ahora buscan evitar que continúe la instalación del gasoducto en un tramo, donde la noche del sábado pasado detectaron un burbujeo al lado de la tubería.

Eso fue suficiente para que 205 pobladores fueran desalojados de sus viviendas.

Fue hasta al día siguiente que la paraestatal informó que no había encontrado ninguna fuga y que, no había peligro. Las intensas lluvias causaron que el nivel freático subiera y provocara el burbujeo de agua y aire en el lugar, explicó entonces Pemex.

Sin embargo, los pobladores no olvidan que un burbujeo similar fue denunciado por los habitantes del poblado Huimango, Cunduacán, en el canal donde se registró la explosión del gasoducto del pasado 8 de julio. Ahí, dos comunidades de ese municipio y una de Jalpa de Méndez, resultaron afectadas, y una decena de viviendas quedaron quemadas.

"Mi casa está a unos 50 metros de este lugar en el que hubo el burbujeo, no sabemos si por donde esta compañía, que usa trascabos, está realizando trabajos pasan ductos que podrían resultar averiados y cuántos son.

"Mis hijos ya ni duermen bien por el temor de que estalle otro gasoducto, por eso quiero que me reubiquen", pide Josefa en el plantón en el que cae un sol que acalora a los manifestantes con unos 35 grados de temperatura.

Ese mismo clamor es el de José Manuel Martínez, un campesino...

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