Prefiere Nyman el silencio

AutorDora Luz Haw

A la manera de los protagonistas de las cintas mudas que corteja con sus bandas sonoras, el compositor Michael Nyman (Londres, 1944) no dijo una sola palabra durante el recital que ofreció el jueves por la noche en el Teatro de la Ciudad.

En un despliegue teatral, el creador que ha trabajado con destacados directores de cine como Peter Greenaway, Volker Schlöndorff y Michael Winterbottom, aventó sus partituras al aire, coqueteó con el público a través de sonrisas subrepticias, e hizo innumerables señas al equipo de producción para marcar el camino del concierto.

La proyección de su filme No bull abrió la noche. En la pantalla apareció una coreografía creada con el juego de imágenes de una cuadrilla de areneros que limpiaba el albero de una plaza de toros.

En la búsqueda de un espectáculo intimista y lírico, Nyman eligió para el concierto The Piano Sings temas compuestos para películas como El piano, Gattaca, El diario de Ana Frank y El ocaso de un amor.

A diferencia de los shows que ofrece con la Michael Nyman Band, donde hay un programa definido y ciertos parámetros de organización, en su presentación al frente de un teatro casi lleno -con boletos agotados- se dio la libertad de tocar lo que quiso. Ni siquiera hubo un programa de mano que informara al público lo que iba a escuchar.

Nyman, quien en lugar de utilizar un atril para sus partituras, las leía colocadas sobre la caja del piano para luego arrojarlas al suelo, proyectó otra creación suya titulada Witness I, un...

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