Posología de la dosis

AutorJuan José Millás

Hoy todo el mundo sabe lo que es un analgésico, pero hace años esa palabra pertenecía al lenguaje culto. Lo que no sabríamos decir es si la oferta de analgésicos creó los dolores de cabeza o no hizo otra cosa que responder a una demanda latente, a la que sólo faltaba poner nombre. Lo cierto es que no se le ocurre a uno cómo nombrar un medicamento antidoloroso si no es con esta palabra mágica: analgésico. Basta casi con pronunciarla para sentir un alivio considerable, sobre todo si la pronunciamos al tiempo de tomar una bebida caliente. Analgésico. Analgésico. Qué gusto.

Resulta curioso que los periódicos tengan secciones de divulgación científica, donde se nos muestra la evolución de los neutrinos (en el caso de que existan), aunque no tengamos nada que ver con ellos, y que no ofrezcan sin embargo una sección de gramática, de lengua, o como quiera que se llame, en la que se persiga la evolución de las palabras, al menos de las palabras cuya influencia en nuestra vida cotidiana está fuera de toda duda. Analgésico es una de ellas. Y posología también. Antiguamente se decía dosis (o diócesis), lo que no es exactamente lo mismo.

- ¿Cuál es la dosis indicada, doctor?

- Ahora ya no se dice diócesis, sino posología.

El paso de la dosis a la posología fue muy duro para los hipocondriacos, porque posología no significa prácticamente nada. Dice uno "posología" y no ocurre nada dentro de su cabeza. Sería mejor decir "posología de la dosis", aunque quizá constituya una redundancia, no lo sé. El caso es que a mucha gente le hace más efecto la pastilla cuando...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR