A 40 del 68. Posdata de la historia

Cuarenta años han pasado ya desde la tarde del 2 de octubre de 1968 cuando la historia mexicana se vio empañada por la sangre derramada de aquellos que exigían un cambio en la sociedad. Diez años también se cumplieron que México se consternó por la pérdida de una de las mentes más ilustres de nuestro país: Octavio Paz. Por eso, en este espacio queremos recordar sus palabras en relación al triste momento que se vivió años atrás.

En "Posdata", Octavio Paz aborda el tema del movimiento estudiantil de finales de los sesenta y su culminación en México en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. 1968, fue un año axial en el entorno global. Protestas, tumultos y mítines se vivieron en Praga, Chicago, París, Tokio, Belgrado, Roma y México. Nuestro país venía desarrollando un crecimiento económico ejemplar para las potencias en desarrollo, premio a ello fue la designación como sede de los Juegos Olímpicos a celebrarse ese año. Paralelismo con la realidad actual, en Beijing esta celebración deportiva ha sido el marco de protestas multitudinarias en relación a la situación de los derechos humanos en China y la relación de este país con el Tíbet.

Señala Paz en Posdata:

"El carácter de México, como el de cualquier otro pueblo, es una ilusión, una máscara; al mismo tiempo, es un rostro real. Nunca es el mismo y siempre es el mismo. Es una contradicción perpetua: cada vez que afirmamos una parte de nosotros mismo negamos la otra. Lo que ocurrió el 2 de octubre de 1968 fue, simultáneamente, la negación de aquello que hemos querido ser desde la Revolución y la afirmación de aquello que somos desde la Conquista y aun antes. Puede decirse que fue la aparición del otro México o, más exactamente, de uno de sus aspectos. Apenas si debo repetir que el otro México no está afuera sino en nosotros: no podríamos extirparlo sin mutilarnos. Es un México que, si sabemos nombrarlo y reconocerlo, un día acabaremos por transfigurar: cesará de ser ese fantasma que se desliza en la realidad y la convierte en pesadilla de sangre".

El 2 de octubre de 1968 terminó el movimiento estudiantil y con ello también terminó una época de la historia de México. El régimen mostró que no podía ni quería hacer un examen de conciencia; ahora bien, sin crítica y, sobre todo sin autocrítica, no hay posibilidad de cambio. Doble realidad del 2 de octubre de 1968: ser un hecho histórico y ser una representación simbólica de nuestra historia subterránea e invisible. Pero esa representación...

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