Son las posadas más que una fiesta

AutorLuisa García

De "eeeen el nombre del cieeeelo..." a "¿¡Salud!"?

Las posadas, una tradición que llama a reflexionar, orar y prepararse interiormente para el nacimiento de Jesús, en muchos casos es hoy sólo un pretexto para reunirse, comer y beber.

Sin embargo, el origen de las posadas, que hoy inician, es prehispánico, y toman su nombre de la acción de pedir posada o asilo.

Los nativos celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli el 24 de diciembre, que coincidía con la época en que los europeos celebraban la Navidad, así que aprovecharon para crear otro método evangelizador, comenta Antonio Guerrero Aguilar, cronista de Santa Catarina.

Así que los misioneros franciscanos tomaron esta celebración local y la juntaron con las tradiciones de los autos sacramentales tan populares en Europa por aquellos días, en los que usaban las representaciones teatrales con los mismos fines, y así nacieron las posadas.

"Se trataba de mostrar a José y María buscando asilo. Se realizan del 16 al 24 de diciembre, recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret a Belén, donde buscan lugar para alojarse y recibir al niño Jesús", agrega Guerrero Aguilar.

"Cada país cristiano tiene una forma distinta de celebrar o vivir el adviento y en México se desarrolló ésta".

Sin embargo, las verdaderas posadas tienen un carácter penitencial, y hasta el final es cuando viene la recompensa, aclara Jorge Rodríguez Moya, Secretario de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de Monterrey.

"Se rezan durante nueve días. Es un novenario previo a la Navidad, que nos recuerda los pesares de José y María para recibir al niño Jesús, lo que le da un carácter penitencial. Sin embargo, ahora nos hemos colgado de la recompensa nada más y nos saltamos la reflexión y el acompañar en el dolor", afirma Rodríguez Moya.

Cada día representa uno de los meses de gestación de María, y por supuesto, debe iniciar con la oración.

"El advenimiento es una etapa de purificar mis actitudes, buscando ser mejor. Por eso lo primero es la oración que nos lleva a la reflexión y a mejorar las actitudes, después se pide la posada que recuerda el evento histórico padecido por José y María, romper la piñata, finalmente, representa el éxito al vencer las tentaciones del pecado.

"Ahora lo que más vemos son carnavales navideños, con excesos de bebida, regalos, bailes y fiestas que no corresponden a la intención de una verdadera posada. Y en esto también tiene que ver el...

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