Portero de Noche/ Tiene la noche un álbum II

AutorGermán Dehesa

En este día de vacío futbolístico y en espera de que coreanos y turcos se presenten en la cancha (¿se presentarán?) a disputar el tercer y cuarto lugar de esta extravagante Copa, su siempre servicial Portero de noche se dispone a procesar como estampas para el recuerdo algunas imágenes que, no hace muchos días, poblaron el turbio presente de las altas noches y las trémulas madrugadas de nuestro altiplano. Según avizoro, me será difícil recordar partidos completos (hasta el momento, no ha habido ninguno inolvidable) y la memoria se conformará con estampitas. Creo que ésta es una manera de indicar que fue una Copa del Mundo más bien mediocre en lo futbolístico y bastante prescindible como acontecimiento mundial. Lo más cercano a una hazaña fue el desempeño de Corea, pero en esta hazaña participó demasiado activamente un árbitro. Lo más cercano a una tragedia fue lo ocurrido con los argentinos y franceses; pero todos sabemos que Francia sobrevivirá y que Argentina, si no sobrevive, no será por razones futbolísticas. Una vez considerado esto, procedo a continuar con la hechura de mi álbum particular.

LA VOLUBLE INGLATERRA

Ejemplo típico de un equipo extremadamente caro. Cada uno de sus jugadores es un Rolls-Royce y esto mismo vuelve extremadamente onerosos los posibles costos de una colisión. En el escaparate de un Mundial, el jugador con hambre tiende a dar mucho más de sí, que el jugador que ya tiene (y quiere seguir teniendo) todo de sobra. Esta es la única explicación que se me ocurre para entender los marcados cambios de ánimo que manifestó el equipo inglés. Contra Argentina, los ingleses recordaron su pasado corsario y supieron aguardar su oportunidad con frialdad, dureza y paciencia. Argentina, no excesivamente bien formada, jamás pudo encontrar el resquicio para ganar un partido al que los medios habían sobrecargado de significaciones históricas, culturales y patrioteras. La verdad es que fue un partido aburridón en el cual el dramatismo lo proveyeron los espectadores. Bastó una dudosa pena máxima para que el juego quedara sellado. Días después, Inglaterra se presentó frente a los brasileños. De nuevo las expectativas fueron enormes. Inglaterra anotó y, a partir de esa anotación, dio por terminada su estancia en el Oriente. Yo no sé si ya tenían compromiso para grabar un comercial, o para salir en algún show, pero en el resto del partido lo único que mostraron fueron ganas de irse. Lo lograron. Ronaldinho, el Cabrito brasileño, se...

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