Sobreaviso/ Popularidad y gobernabilidad

AutorRené Delgado

El Presidente Vicente Fox ratificó una decisión estos últimos días: recuperar parte de su popularidad, a costa de la gobernabilidad y el Estado de Derecho.

En el corto plazo, esa decisión le deja un saldo favorable: cuando su popularidad iba hacia abajo, hizo un spin al confrontar a los medios de comunicación con la sociedad y, de esa manera, recuperó parte del capital político que se le viene diluyendo. En el inmediatismo, ese lance le permite conservar uno de los pocos puntos de apoyo que lo sostienen. En el largo plazo, la operación realizada le va a dificultar todavía más la posibilidad de llegar a un arreglo con los otros puntos de apoyo -el Congreso, los partidos, los medios, etcétera- que resultan imprescindibles para fortalecer la gobernabilidad.

Ratificó, pues, el Mandatario su popularidad, pero flaco favor le hizo a la gobernabilidad que, en el fondo, es el problema que tiene que resolver si pretende hacer de la alternancia una alternativa. El problema de fondo está claro: no es de popularidad, es de gobernabilidad.

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La soledad que el Mandatario vive explica -aun cuando no necesariamente justifica- aquel lance. Sin un equipo de trabajo sólido y coordinado, sin el respaldo de su propio partido, sin la resistencia leal de la oposición, sin entendimiento con el Poder Legislativo y con los problemas de gobernabilidad que cada vez son más evidentes, el jefe del Ejecutivo no podía permitir que su popularidad se viniera abajo. Sólo desde esa perspectiva -o, si se quiere, sólo a partir de esa angustia- se explica la decisión de confrontar a los medios con la sociedad.

Pero si, efectuada esa operación, el jefe del Ejecutivo no sustancia su popularidad con obra de gobierno y acción política de fondo, no es nada aventurado pronosticar que al término del sexenio no aparecerá la leyenda "happy end". Ahora, el Mandatario y su equipo están obligados a trabajar aceleradamente en rehacer el tramado de sus relaciones con las instancias políticas formales y el encarrilamiento de las instancias políticas informales que influyen en la gobernabilidad. Sin acción política ni obra de gobierno, la popularidad terminará esfumándose por espectaculares que sean los giros que haga el mandatario.

Buena parte del liderazgo y el carisma del Presidente Vicente Fox es mediática y, entonces, confrontar a los medios con la sociedad es un recurso del que no puede echarse mano cuantas veces se quiera. Romper un espejo, dicen, es de muy mala suerte.

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Más allá de...

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