Ponen manos a la obra
Autor | Israel Martínez |
Reflejar a través de creaciones en barro y arcilla sentimientos y sueños, es lo que expresan los alumnos que moldean con sus manos figuras a las que de les dan sentido, forma y volumen.
Sin importar edades, sexos, caracteres o inclinaciones artísticas quienes realizan esta labor, aseguran encontrar en el taller de cerámica del Centro Regional de Artesanías de la Unidad Cuauhtémoc, un espacio ideal para aplicarse a la creatividad, sin tener que ser grandes conocedores de las artes.
Por ello es que Magdalena Orozco, doctora de profesión, asiste al taller de cerámica desde hace cinco años y a pesar de tener que desempeñar sus actividades médicas, se reserva un tiempo libre para trabajar y moldear piezas que le ayudan a relajarse de las presiones cotidianas.
"Lo que encuentro de bueno en este sitio es que puedo contagiarme de la alegría de otras personas; procuro apurarme con mis pacientes, para poder venir y disfrutar de tres horas y hacer las piezas que a mi me gusten y posteriormente me voy a clases de carpintería", afirmó Orozco.
Piezas elaboradas con diferentes tierras como la arcilla y el barro, son la materia prima con la que se levantan de trozos de barro amorfos, piezas que reflejan la forma de ver y sentir de cada individuo.
Martha Alicia Pulido, de San Mateo, dijo que a pesar de no tener ningún conocimiento previo sobre la escultura o modelado, no limitó sus habilidades y echo a volar su imaginación para descubrir un talento, que no conocía.
"Me gusta estar aprendiendo siempre, llegue aquí con mis puras ganas; es necesario que tengas paciencia y te guste lo que haces; esto me ha dejado una gran satisfacción, ver que puedo hacer algo con mis manos y además te quita la tensión y te calma de una forma muy especial", aseguró Pulido.
Piezas con motivos prehispánicos, esculturas, vasijas, cajas para joyeros, marcos, jarrones y platos decorativos, son algunas de las creaciones que se pueden observar en el taller y que parten de los modelos más sencillos, hasta los más complejos que requieren mayor práctica y sensibilidad artística.
Carmen Quiroga, de 72 años, residente de Naucalpan, quien había cursado estudios de escultura y expuesto en diferentes salas, aseguró que no importa la edad para poder sentirse útil y trazarse retos de manera personal para sentirse satisfecha "Antes estuve en el taller de escultura pero siempre quise probar con el modelado de barro, quiero disfrutar mi tiempo y no caer en melancolías, aquí puedo hacer amistades...
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