Polleritos. Otra cara del tráfico de migrantes

Max AubLAREDO, Texas, agosto 25 (EL UNIVERSAL).- "No me creen que tengo 17 años y me quieren meter a la cárcel", dice Adrián, un menor mexicano que prefiere no revelar su nombre y a quien las autoridades migratorias de Estados Unidos investigan por presunto tráfico de personas, aunque él lo niega.

Adrián, nacido en Ciudad Victoria, está actualmente en Laredo, Texas, con unos parientes a la espera de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) confirme que no tiene 18 años o más. Aparentemente, no hay manera de probar que él podría ser el pollerito que iba guiando al grupo de indocumentados en el que se encontraba cuando los detuvieron en la frontera entre Tamaulipas y Texas.

"No estoy detenido ahorita porque me tuvieron que entregar con esos que reciben a los menores ?el Departamento de Salud y Servicios Humanitarios de EU? y les dije que tengo familia aquí ?en Laredo?. Llamaron a mi tía y me dejaron ir con ella", dice Adrián.

"Podría escaparme, pero mi tía tendría problemas porque firmó un papel y la verdad no quiero que por mi culpa pase algo"; además, agrega, "los gabachos ?estadounidenses? me sacaron fotos y eso de las huellas de los dedos. Si me escapo y luego me vuelven a agarrar cuando sea más grande, sí me entamban".

El ICE busca demostrar que Adrián no es menor de 18 años, lo que les daría la oportunidad, si prueban que traficaba migrantes, de detenerlo en una cárcel y abrirle proceso penal como adulto. La situación cambia radicalmente si es un pollerito.

De acuerdo con una investigación del Colegio de la Frontera Norte (Colef), que forma parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el fenómeno de los traficantes de personas menores de edad, conocidos como polleritos o coyotitos, comenzó alrededor de 2010. Se trata, dicen, de una actividad propiamente de menores que nacen o llegan de pequeños y van creciendo en la zona fronteriza, aunque de momento sólo hay registros en la parte noreste de la República Mexicana hacia Texas. Según el estudio, los menores son reclutados y prácticamente entrenados por adultos que se dedican a lo mismo y los hacen acompañarlos en diversos trayectos, hasta que se aprenden las rutas, los horarios, las técnicas y desarrollan carácter para hacerlo.

Adrián sabe cómo funciona. "Los que lo hacen se ganan más o menos de 50 a 80 dólares por persona que logran pasar", explica; "siempre les dicen a los que van a cruzar que si los descubren no vayan a...

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