Política de odio y miedo

Fecha de publicación05 Noviembre 2018
AutorLucía Melgar

Las elecciones en Estados Unidos pueden poner hoy un freno al desastroso curso impulsado por el presidente Trump en los ámbitos nacional e internacional. De ganar una mayoría en la Cámara de Diputados, el Partido Demócrata podría constituir un contrapeso a la política de odio instigada por un mandatario propenso a la mentira, la descalificación y la incitación al odio.

La retórica maniquea de este mandatario, demagogo, misógino y racista, ha tenido ya terribles consecuencias para cientos de personas, asesinadas, amenazadas o acosadas, pero afecta de hecho tanto a la sociedad norteamericana como al resto del mundo. La estigmatización y criminalización de grupos enteros por no ser blancos, nacidos en Estados Unidos, cristianos o simplemente seguidores de ideas conservadoras, favorece la demonización de millones de esos “otros”, vistos como enemigos por quienes se sienten parte de un “nosotros” identificado con el “salvador de la Nación”.

Si bien el paso de la discriminación a la violencia no es lineal, ni todos los crímenes de odio sucedidos en Estados Unidos pueden atribuirse al discurso trumpiano, discriminación y violencia son dos caras de la misma moneda. Así lo demostró la política hitleriana, paradigma de la política del odio, y así también, a lo largo de la historia estadounidense, el exterminio de indígenas, los linchamientos de afroamericanos y, menos letal pero igualmente nefasta, la persecución macartista durante la guerra fría.

La construcción del “enemigo” como estrategia para ganar seguidores y votos ha llevado a Trump a estigmatizar a musulmanes, periodistas críticos, afroamericanos, latinos, y, en vista de las elecciones, a los centroamericanos en particular. El envío de paquetes explosivos a personajes connotados y la masacre en la sinagoga Árbol de la Vida son sólo algunas consecuencias de estas denostaciones.

En otro contexto, la configuración del éxodo migrante como hordas “invasoras” dispuestas a ingresar por la fuerza a Estados Unidos, financiadas por...

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