Política industrial y aviación

Fecha de publicación08 Octubre 2019
AutorRosario Avilés

La semana pasada, la secretaría de Economía presentó un decálogo para impulsar políticas industriales que permitan a nuestro país ser más competitivo y aprovechar mejor los tratados comerciales internacionales, así como abatir la pobreza con el impulso al mercado interno. Después de casi cuatro décadas de no escuchar el término “política industrial” en foros oficiales, hoy se vuelve a plantear y conviene mencionar en qué medida esto afecta el transporte aéreo.

Algo muy importante es considerar que hay sectores de soporte a la industria que corren de forma horizontal para darles agilidad y otorgarles un mejor posicionamiento, tales como la infraestructura, el acceso a los energéticos, las telecomunicaciones y demás. Esto lo acaba de mencionar la presidenta de la Cofece en un foro y es la primera vez que reconoce que un sector como el transporte aéreo —al que no menciona por su nombre, pero se infiere— es diferente al resto y debe apoyarse de forma especial.

Y en efecto, así lo hacen otras economías del mundo, ya que el transporte aéreo —en donde se incluyen aeropuertos, aerolíneas y proveedores— es una herramienta de competitividad que dota al resto de la economía de un andamiaje que le permite ser mucho más eficiente. Trátese de turismo, un sector que puede generar un enorme desarrollo dentro del país, empleos y captación de divisas; o del comercio, que agiliza las operaciones, permite a nuestras empresas ser más eficaces y competir de mejores formas en el exterior, crear empleos y traer divisas.

Todo esto permite abatir los rezagos sociales de forma definitiva a través del empleo permanente y nos hace mucho más competitivos. Por eso es urgente que exista una política de Estado en materia de transporte aéreo, donde se establezcan claramente las estrategias para que sean las empresas mexicanas las que prioritariamente sostengan la red de comunicación al interior del país y con el resto del mundo con objetivos concretos y medibles: a qué mercados ir, qué tipo de turistas convocar, a través de qué mecanismos hacer crecer a nuestra propia industria.

En este sentido, los convenios bilaterales y las libertades del aire que en ellos se contemplen deben estar no sólo en concordancia con nuestra política de Estado, su visión y alcances, sino muy apegados a lo que la propia Organización de...

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