DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / En el tren

AutorCatón

La noche de bodas iba a comenzar. De repente la anhelosa novia estornudó. Su maridito le dijo: "-¡Salud!". "-Oye -se molestó ella-, ¿venimos a platicar o a hacer lo otro?"... En Estados Unidos los investigadores hablan de una enfermedad que paraliza a muchas mujeres de la cintura para abajo. Se llama "matrimonio"... Meñico Maldotado, infeliz joven a quien la naturaleza regateó sus dones en la parte varonil, fue con Pirulina, damisela con mucha ciencia de la vida, a un discreto motelito. Maldotado se mostró al natural ante su sabidora compañera. Ella le vio la correspondiente parte y luego dijo: "-¡Mira qué linda! ¿Qué quiere ser cuando crezca?"... Casha Lotta, actriz de teatro entrada en años, estaba algo pasada de peso, por no decir que era muy gorda. A pesar de su edad y sus arrobas seguía haciendo papeles de dama joven, entre ellos el de Margarita Gautier, la pálida heroína de Dumas. En cierta ocasión la compañía donde actuaba Casha representó "La Dama de las Camelias" en un villorrio del norte. Llegó la escena en que el enamorado Armando Duval, llamado con urgencia por su padre, debía ir a su pueblo. Le dice con desolado acento a Margarita: "-¿Cómo puedo llevarte conmigo, amada mía?". Se escuchó el grito de un pelado: "-¡En dos viajes, cuñao!"... El pirata Hook -ese que en el brazo derecho lleva un gancho en vez de mano- se hallaba en una playa de moda tomando el sol con su mujer. Frente a ellos pasó una estupenda rubia cubierta sólo por brevísimo bikini, y en cuyo cuerpo escultural se veía profusión de esparadrapos, vendoletas y curitas. La fiera esposa de Hook clavó en él una mirada inquisitiva. Y balbuce, temeroso, el pirata del gancho: "-¡Te juro que ni siquiera la conozco!"... Doña Macalota tomaba lecciones de canto. Iba a ofrecer su primer recital, y para eso ensayó algunas canciones, entre ellas "Ciribiribin", "After the Ball", y aquella que dice: "Alas tener quisiera, / como las mariposas, / y volar de flor en flor, / embriagándome de amor...". Había un problema, sin embargo: tan pronto ella empezaba sus gorjeos -especialmente en "Ciribiribin"-, el perro de la casa rompía a aullar desgarradoramente. Don Chinguetas, el marido de doña Macalota, le dijo con impaciencia a su mujer: "-¿Qué no sabes algunas...

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