DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / 'Sursum corda'!

AutorCatón

Un señor recelaba que su esposa le era infiel. Buscó el modo de comprobar sus temores, pero no lo consiguió. Entonces le contó su problema a un amigo, y éste le aconsejó: "Amarra una cuchara a un resorte del colchón, y pon abajo una olla con leche. Cuando llegues a tu casa revisa aquello: si la cuchara se mojó en la leche eso significa que alguien se acostó en la cama". El señor siguió la sugerencia de su amigo, y armó bajo el lecho aquel dispositivo: la olla con leche y la cuchara atada al resorte del colchón. Cuando llegó a su casa por la noche fue a revisar el artilugio. No sólo la cuchara se había mojado: ¡la leche estaba convertida en mantequilla!... Don Usurino Matatías, hombre muy avaro, subió al autobús con su hijo menor y pagó un solo boleto, pues un letrero decía que los niños hasta de 5 años podían viajar gratis. "¿Qué edad tiene su hijo, señor?" -le preguntó el chofer con suspicacia. Contesta don Usurino: "Dos años". "Qué raro -se amosca el conductor-. Parece de 10". Replica el cutre: "Es que es muy preocupón"... Libidiano le dijo a Dulciflor: "Quiero hablar contigo". "¿Sobre qué?" -preguntó ella, recelosa. Contesta el tipo: "Sobre ti". "Pues sentémonos en el sillón -sugirió ella-, y dime lo que me tengas que decir". "No quiero hablar sobre el sillón -replica Libidiano-. Ya te dije que quiero hablar sobre ti"... Llegó a la comunidad una nueva monjita, y la madre superiora le encargó la tarea de ordeñar todos los días la vaca del convento. La res, no acostumbrada a la recién llegada, se inquietaba en el momento de la ordeña: tiraba patadas, daba coletazos, se revolvía toda; en fin, no permitía que la sor la ordeñara. Un día la monjita se desesperó y le dijo al animal: "Mira, vaca idiota: si no te gusta que te agarren las tetas te hubieras metido de monja"... ¡Mañana aparecerá aquí "El Chiste Más Pelado del Año"! Y tengo una sorpresa adicional: ¡serán "Los Dos Chistes Más Pelados del Año"! Así mis cuatro lectores podrán escoger el que les parezca más pelado de los dos. Uno de ellos es muy tierno -aunque parezca mentira la ternura puede llevarse con la sicalipsis-, y contiene un elemento de folclor mexicano muy sabroso. El otro es desfachatadamente absurdo, tanto que lleva un nombre extraño y peregrino: se llama "Chana y el gay de Siam". Esos dos chascarrillos, y algunos más igualmente pícaros y disparatados, cerrarán este año la...

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