DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Prudencia

AutorCatón

"Que no haya ilusos, para que no haya desilusionados". Esa frase es aplicable lo mismo al hombre o la mujer en trance de casarse que a aquel que compra una sandía con la esperanza de que le salga dulce. Yo la cito hoy como advertencia a quienes han depositado -creo- demasiadas expectativas en "El Bronco", o sea Jaime Rodríguez, el nuevo gobernador de Nuevo León. Me sorprendió ver en la encuesta publicada por El Norte el alto número de quienes tienen la certeza de que hará un buen gobierno. Lejos de mí la temeraria idea de poner agua en la fiesta, pero pienso que en cosas de política es prudente esperar a ver de qué color pinta el verde antes de hacer pronósticos alegres. Las condiciones en que el flamante gobernador halla al estado no son precisamente bonancibles. Nuevo León tiene una deuda pública comparada con la cual la de Coahuila, mi estado, vale tres cacahuates, o cuando mucho cuatro. Para hacer frente a la ruinosa condición de las finanzas "El Bronco" sólo tiene tres caminos. El primero es endeudar aun más a la entidad, lo cual difícilmente podrá hacer. El segundo es crear nuevos impuestos, siendo que prometió no imponer nuevos gravámenes ni aumentar los ya existentes, sino antes bien suprimir algunos, como el de la tenencia de vehículos. El tercero es implantar un régimen drástico de austeridad en la Administración: recortar severamente la nómina estatal, restringir la obra pública y limitar la creación de nuevas plazas, todo lo cual no es algo que allegue popularidad a un gobernante. En cuanto a su ofrecimiento de castigar la corrupción eso no es tortas y pan pintado. Quienes distraen fondos del erario podrán ser ladrones, pero no son pendejos, si me es permitida esa expresión cultiparlista. Rara vez dejan huella de sus latrocinios. Disponen además de buenos abogados que los ayudan a evadir siempre la acción de la justicia. Para pagarlos tienen el dinero con que se enriquecieron. Ya lo dijo la desolada cuarteta que mano anónima escribió en un muro de la antigua prisión de Lecumberri: "En este lugar maldito / donde reina la tristeza / no se castiga el delito: / se castiga la pobreza". Así, en medio de dificultades económicas y sin poder cumplir sus promesas de meter...

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