DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Progreso

AutorCatón

Impericio, muchacho con poca técnica sexual, contrajo matrimonio con Pirulina, joven mujer que en otro tiempo había sido de envases no onerosos, por no decir de cascos ligeros. Consumado el matrimonio mediante la celebración del rito natural Impericio le preguntó con orgullosa sonrisa a su pareja: "Dime, Pirulina: el acto que acabamos de realizar, ¿no te hace desear otro?" "Sí -admitió ella-. Pero anda de viaje"... Kid Grogo cayó noqueado en el mismísimo primer round de la pelea. Cuando recobró el conocimiento, ya en el vestidor, su mánager lo amonestó, severo: "¿No te dije que te cuidaras del uno-dos?" "Y me cuidé -aseguró el Kid con feble voz-. Pero el caborón me aventó el tres, el cuatro, el cinco, el seis, el siete..." ... El oficial del Registro Civil se sorprendió bastante cuando don Secundino Encorio, que apenas hacía un mes había enviudado, se presentó ante él para que lo casara nuevamente. Lo preguntó con tono reprensor: "¿Va a tomar estado otra vez, don Secundino? ¿Acaso no enviudó hace apenas una semanas?" "Es cierto, señor juez -contestó el reciente viudo-. Pero no soy rencoroso"... ¡Pobre consumismo! Todo mundo habla mal de él. Por consumismo se entiende el ansia inmoderada de comprar cosas, aunque no se necesiten. Ese afán es criticado rudamente; se le atribuye ser la causa de mil y mil problemas tanto privados como públicos. El gran poeta mexicano Díaz Mirón hizo este lapidario dístico: "Nadie tendrá derecho a lo superfluo / mientras alguien carezca de lo estricto". Independientemente de que los declamadores digan siempre "supérfluo" yo digo que don Salvador habló como poeta, y no como hombre práctico. En su lugar yo postularía esta verdad: "Nadie podría tener lo estricto / si otros no compraran lo superfluo". Hagamos un repaso, y nos daremos cuenta de que en verdad no necesitamos la mayoría de las cosas que tenemos. Aparte de un alimento frugal que nos mantenga la vida, una morada elemental que nos proteja de los rigores de la naturaleza y una ropa sencilla que nos cubra, todo lo demás que poseemos es superfluo. Pero sucede que lo que en estado de naturaleza podría considerarse superfluo llega a ser tan necesario para el hombre de hoy como el agua y las hierbas para el anacoreta. ¿Superfluo el automóvil? ¿Superfluo el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR