DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Primero comer

AutorCatón

Nalgarina Grandchichier, vedette de moda, usaba únicamente ligas negras. Le preguntó una amiga: "¿Por qué traes siempre ligas negras?" Respondió Nalgarina, evocadora: "En memoria de todos los que han pasado al más allá"... Él y ella tuvieron una cita de amor el sábado en la noche. Las acciones llegaron ciertamente un poco lejos. Consumado aquel trance coital, el romántico joven le dice a la muchacha, emocionado: "Dulciflor: he sembrado en ti la semilla de la esperanza". "¡Uta! "exclama ella (se ve que era bastante menos romántica)-. ¡Mañana mismo iré a la iglesia a pedir que no haya cosecha!"... Don Algón y su socio, don Santelmo, contrataron a una nueva secretaria, la señorita Rosibel, linda de cara y escultural de formas. Don Santelmo, portaestandarte de la Legión Angélica, piadosa cofradía, había leído la solicitud de empleo de la chica. En el renglón correspondiente a sexo puso ella: "Jamás me he opuesto". Eso preocupó grandemente al devoto caballero, quien se sentía responsable de las almas de todos aquellos que vivían a 10 kilómetros a la redonda. Le dijo a don Algón: "Debemos enseñarle a esa muchacha la diferencia entre el bien y el mal". "Me parece una buena idea "aceptó el salaz ejecutivo-. Tú encárgate de enseñarle lo concerniente al bien, y yo le enseñaré todo lo relativo al mal". Esas nociones, las del bien y el mal, son adquiridas, no innatas. Se aprenden "o por lo menos deberían aprenderse- en el hogar, en la escuela, en la iglesia. El aprendizaje, sin embargo, requiere de condiciones dignas que permitan al educando aprender "aprehender- los valores e ideas que dan sentido y orientación a la vida de la criatura humana, y la distinguen de la existencia elemental de otros animales. (Porque animales somos los humanos, dicho sea sinagra, esto es, sin agraviar). Si algún enemigo tiene la cultura, ese enemigo es la pobreza, para la cual no hay valor que valga. "Primero comer, y luego ser cristianos", rezaba un viejo adagio. Otro, latino, decía: Necessitas caret lege. La necesidad carece de ley. (El pueblo entendió mal la frase, y tradujo sabrosamente: "La necesidad...

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