DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / De primera fila

AutorCatón

Afrodisio Pitongo, galán concupiscente, le puso sitio a Dulciflor, muchacha ingenua. Con empeño digno de más noble causa le pidió que le entregara la nunca tangida gala de su pureza virginal. Ella resistió el asedio desde la almena de su integérrima virtud. Le dijo al salaz cortejador: "Si hago lo que me dices, quebrantaré el sexto Mandamiento". "¿Y qué? -replicó el tal Afrodisio-. Todavía te quedarían nueve"... Sonó el timbre de la puerta. Abrió la señora de la casa y se vio cara a cara con un sujeto que sin más le preguntó: "¿Sabe usted satisfacer a un hombre sexualmente?" La señora, indignada, le dio con la puerta en las narices. Lo mismo aconteció al siguiente día, y un día más después. La señora le contó a su esposo lo que estaba sucediendo. Dijo el hombre: "Me pondré atrás de la puerta con mi escopeta Magnum, y cuando llegue ese tipo le llenaré de postas el tafanario o traspuntín". En efecto, al día siguiente volvió el individuo. Le preguntó, como siempre, a la señora: "¿Sabe usted satisfacer a un hombre sexualmente?" Fortalecida por la presencia de su esposo respondió ella, desafiante: "Sí; sí sé". Le dice entonces el sujeto: "Pues satisfaga a su marido, a ver si ya deja en paz a mi mujer"... A riesgo de incurrir en error diré que López Obrador está hoy por hoy viviendo la hora más sombría de su vida política. Mil veces ya se ha dicho -y ahora lo digo yo para completar las mil y una- que la victoria tiene muchos padres, en tanto que la derrota es huérfana. Mucho le debe haber dolido a AMLO este segundo revés, aunque seguramente le sirven de aliento ahora los millones de sufragios que obtuvo en la elección. Merece reconocimiento el tabasqueño, y aun aplauso, por su decisión de llevar su protesta por las vías de la resistencia pacífica, en vez de convocar a acciones como aquellas que encabezó en 2006. Habrá quien diga que las circunstancias le impusieron esa determinación: la diferencia de sus votos en relación con los del candidato ganador no presentaba ahora el margen tan estrecho de la vez pasada, y la reprobación casi general de los actos que entonces llevó a cabo -la toma de Reforma; el plantón en el Zócalo; el haber rendido protesta como "Presidente legítimo", con banda presidencial y todo- le impidieron repetir hoy lo que ninguna ganancia le dio ayer. Esos errores...

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