DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Precandidatos

AutorCatón

Una mujer acudió ante el juez de lo familiar y le dijo que quería divorciarse de su esposo. "¿Por qué, señora?" -inquirió el juzgador. Respondió ella: "Por compatibilidad de caracteres". "¿Compatibilidad? -se extrañó el jurisperito-. Querrá usted decir 'incompatibilidad de caracteres'". "No, señor juez -reiteró ella-. Compatibilidad. Mire usted. A mí me gusta la música; a él también. A mí me gusta el teatro; a él también. A mí me gustan los hombres; a él también"... Don Chinguetas veía por la ventana de la sala. Le dijo a su mujer: "Ahí va ese hombre con el que se está acostando la vecina". Doña Macalota saltó del sillón como lanzada por una catapulta, y corriendo fue hacia la ventana. En la carrera tropezó con la alfombra, derribó una lámpara y tumbó un cuadro. Se asoma llena de ansiedad, y luego exclama con disgusto: "¡Idiota! ¡Ese hombre es el marido de la vecina!" Replica don Chinguetas con fingida inocencia: "¿Y qué no se acuesta con él?"... Ignoro qué cosa es la estrategia. Siento por ella, entonces, gran respeto. Entiendo que sin estrategia es imposible hacer algunas cosas, por ejemplo, ganar una batalla. ¿De qué le sirvió a Napoleón atravesar los Andes con su ejército de elefantes, si por falta de estrategia perdió ante el duque de Badminton la batalla de Waterfalls? (Nota del corrector. Nuestro estimado colega incurre en error en esta última frase. Debió usar el verbo "cruzar", con preferencia a "atravesar"). Si se trata de estrategia, el PRI se ha adelantado a los demás partidos en la batalla por la sucesión presidencial. Ha definido ya la forma en que designará a su candidato: será por elección directa, lo cual pone prácticamente la candidatura en manos de Enrique Peña Nieto. Mientras eso sucede, el PRD no encuentra aún la milagrosa fórmula que evitará que las izquierdas lleguen divididas a la contienda electoral. Por su parte, los precandidatos panistas siguen gastando -y desgastándose- en pequeñas escaramuzas interiores que no sirven para otra cosa más que para mostrar urbi et...

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