De política y cosas peores / Postura hipócrita

Los jóvenes esposos estaban haciendo el amor en su recámara cuando oyeron tras ellos un ruidito. Volvieron la mirada, y lo que vieron los dejó estupefactos: de pie sobre la cunita su bebé los estaba filmando con el iPhone. Muy preocupada le dijo la muchacha a su marido: "¿No crees que ya es tiempo de que el niño tenga su propio cuarto?"... Sir Galahad se iba a la cruzada. Antes de salir le puso a su esposa, lady Gwangolyne, un cinturón de castidad. Apenas había cabalgado un par de leguas cuando recordó que se le había olvidado darle a su mujer ciertas instrucciones para el manejo de sus posesiones. Volvió apresuradamente, y no la halló en el castillo. Le preguntó al ama de llaves: "¿Dónde está lady Gwangolyne?" Respondió la doña: "Entiendo que fue al pueblo a comprar un abrelatas"... Terminó la operación, y el cirujano le dijo a su ayudante: "¡Cómo odio eso de que me sobren partes!"... En las afueras del paraíso terrenal el gusanito le comentó a la gusanita: "No hay justicia en este mundo. Nosotros comimos primero de la manzana, y son los otros los que se van a llevar toda la publicidad"... La joven vecina de doña Frigidia le confió: "Voy a divorciarme de mi esposo. Imagínese: me hace el amor dos veces al año". "Haces muy bien en separarte de ese hombre -la apoyó doña Frigidia-. A ninguna mujer le gusta estar casada con un maniático sexual"... He oído decir que la botella de la Coca-Cola se diseñó tomando como inspiración el cuerpo de Mae West, escultural -y simpatiquísima e inteligentísima- actriz de Hollywood en los años 30 del pasado siglo. No sé si el dato sea cierto, pero conocí a una chica igualmente curvilínea a quien le decían "la Coca-Cola", por la forma de su cuerpo. Se dio un resbaloncito, y ahora le dicen "la cuba libre", porque es Coca-Cola con piquete... Viene a continuación un absurdo cuento de índole gramatical. En medio de la noche el marido novel llamó angustiado por teléfono al ginecólogo de su mujer. "¡Doctor! -clamó hecho un manojo de nervios-. ¡Creo que mi esposa ya va a dar a luz! Está gritando: '¡Al, del! ¡Al, del!'" "No se apure -lo tranquilizó el facultativo-. Son solamente contracciones"...

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