De política y cosas peores / Pocoroba

AutorCatón

El cuento que abre hoy la puerta de esta columnejilla es de color subido, tan subido que por eso lo puse al principio: para salir de él lo antes posible. En mi descargo aduciré que el final del chiste queda librado a la imaginación de quien lo lea. Eso, sin embargo, no le quita sicalipsis. Sucedió que un hombre estaba bebiendo en cierto bar. Al mover el brazo hizo caer la copa. Antes de que el camarero acudiera a limpiar la mesa un señor muy elegante se levantó de la suya, extrajo de su bolsillo una jerga y con ella secó el líquido que se había derramado. El otro le preguntó lleno de extrañeza: "¿Por qué lleva usted consigo ese trapo limpiador?" Respondió el caballero: "Me lo dio el genio de la lámpara". "¿El genio de la lámpara? -se sorprendió el parroquiano-. ¿Todavía hay genios de la lámpara?" "Aún quedan algunos -contestó el del trapo-. Éste que digo vive en su lámpara bajo una baldosa en la esquina de las calles 9 y 32. Si quiere vaya ahí y pídale un deseo. Nada más tome en cuenta que el genio es algo sordo. Háblele lo más fuerte que pueda". El hombre salió del bar apresuradamente. Una hora después volvió, mohíno. Le contó al elegante caballero: "Le pedí al genio que me llenara mi casa de pesos. Cuando fui a ella la encontré llena de quesos. Quesos de todas clases: gruyére, manchego, roquefort, oaxaca, cheddar, mozzarella, parmesano, gouda, brie... ¡Le pedí pesos, y me mandó quesos!" Le dice el elegante caballero, más mohíno aún: "¿Y acaso cree usted que yo le pedí tener una jerga de 12 pulgadas?" (No le entendí)... Me ha apenado la falta de pudicia de ese cuento. Para compensar su peladez y restablecer el equilibrio moral del universo contaré en seguida puros chistes blancos, o a lo más levemente róseos... El recién casado le dijo a su flamante mujercita: "Cada comida que me hagas debería ser una sorpresa". Entonces ella les quitó las etiquetas a todas las latas... Frase cínica: "Una mujer se casa con un hombre esperando que el hombre cambiará, y el hombre no cambia. Un hombre se casa con una mujer esperando que la mujer no cambiará, y la mujer cambia"... Cuando los alemanes tomaron París el capitán de meseros del Maxim's no perdió su compostura. Le preguntó al general teutón: "¿Mesa para 10 mil...

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