De política y cosas peores / Paraíso

Una hormiguita macho concibió una loca pasión por una elefanta de la selva de África. La trató de amores, pero ella lo rechazó. Le dijo: "Somos muy diferentes". "Ya lo sé -replicó con tristeza la hormiguita macho-. Tú eres rica y noble, y yo soy pobre y humilde". "No es eso -dijo la elefanta-. Me refiero a la diferencia de edades. Yo tengo 132 años, y tú 14 horas". Exclamó con vehemencia la hormiguita: "¡Para el amor no hay tiempos ni distancias! ¡Y yo te amo! ¡Te amo tanto que hasta me olvido de trabajar! ¿Qué van a decir de mí los fabulistas?" La dolorida queja de la hormiga conmovió a la elefanta. No hay mujer más vulnerable que la que siente lástima de un hombre, y en el reino animal pasa lo mismo. La elefanta, compadecida, le dijo a la hormiguita: "Está bien. Me entregaré a ti. Pero hazlo pronto, porque no tarda en venir el elefante, y no quiero ver una pelea entre ustedes". Empezó a trepar la hormiguita por el enorme corpachón de la elefanta para llegar al sitio de su felicidad. Tardó tanto en subir que fue un milagro que no se le pasaran las ganas. Se vio por fin en la anhelada meta. Y sucedió entonces una desgracia horrible. Cuando la hormiguita apenas había empezado a refocilarse he aquí que la elefanta sufrió un fulminante síncope cardíaco que le quitó la vida. Ni siquiera tuvo tiempo la infeliz de encaminar sus pasos al cementerio de los elefantes de que habló Edgar Rice Burroughs en ##ITALIC_INI##Tarzan of the Apes##ITALIC_FIN##. La hormiga tomó una palita y dijo llena de tristeza: "Tendré que darle sepultura. Voy a pasarme la vida entera cavando. ¡Y todo por un instante de pasión!"... El muchacho le preguntó a su padre: "¿También las mujeres tienen apetito sexual?" "Sí, hijo -respondió el señor-. En algunas, como es el caso de tu mamá, ese apetito comienza en la adolescencia y termina en el matrimonio"... Meñico Maldotado, infeliz joven con quien se mostró avara la naturaleza en la región de la entrepierna, casó con Pirulina, muchacha sabidora. La noche de las bodas él dejó caer la bata que lo cubría, y se dio a ver por primera vez al natural ante su mujercita. Lo observó Pirulina la aludida parte y preguntó en seguida: "¿Qué habrá en la tele?"...

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