DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Señora mandona

AutorCatón

El tímido muchacho se dirige a su dulcinea: "-¿Realmente me amas, Pirulina?". Responde la muchacha: "-Mira: a otros hombres los he admirado por ser guapos, inteligentes, simpáticos, viriles, agradables, interesantes, audaces o atractivos. Pero contigo, Nihilio, es puro amor"... Decía una señora a otra: "-Batallo mucho para decidirme a lavar o planchar". "-Yo tengo un sistema -responde la señora-. Al despertar observo a mi marido: si está dormidito del lado izquierdo, lavo. Si está dormidito del lado derecho, plancho". "-Oye -pregunta la amiga-, ¿y si no está dormidito?". "-No, -responde la señora-. ¡Entonces de indeja me levanto a lavar o planchar!"... No hay señora más mandona que la realidad. Cuando se vieron los primeros indicios de la desaceleración económica de Estados Unidos, el Gobierno mexicano, cruzándose de brazos, dijo que le daba igual. Con aire de suficiencia añadió que ese fenómenos a nosotros nos haría lo mismo que un suave céfiro estival le haría al Benemérito de las Américas, es decir nada. Error; error supino. La Historia, áspera matrona y ceñuda maestra de la vida, nos ha enseñado hasta la saciedad que cuando la economía norteamericana se frena, la pobre y desmedrada -desmadrada- economía mexicana no sólo se detiene: retrocede. Y no sólo retrocede: también va para atrás. Ya se notó el primer síntoma de que la tos de aquel lado es tisis galopante de éste: disminuyeron grandemente las remesas que envían a sus hogares los paisanos que trabajan -ahí sí- en el país del Norte. Habrá que observar con cuidado el tal fenómeno, pues muchas cosas en México dependen de esos envíos de dinero. Si descienden en forma drástica tendremos un nuevo motivo de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR