De política y cosas peores / Logros de las mujeres

Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, declaró: "Leí que fumar puede matar a un hombre, e inmediatamente dejé de fumar. Leí que beber en exceso puede matar a un hombre, e inmediatamente dejé de beber. Leí que comer mucha carne roja puede matar a un hombre, e inmediatamente dejé de comer carne roja. Leí que demasiado sexo puede matar a un hombre, e inmediatamente dejé de leer"... Don Chinguetas detuvo el auto en la carretera y levantó la capota. Una serpiente de cascabel saltó y le mordió la mano. Comentó su mujer, doña Macalota: "¿Lo ves? Te dije que el motor venía cascabeleando"... Yo soy adorador de la mujer. La amo en todas sus manifestaciones: la mujer virtuosa y la mujer liviana; la mujer de canasta y con rebozo de bolita y la mujer fatal (todas las mujeres son fatales, en el sentido de que en ellas reside el destino del hombre). Venero lo mismo a la mujer santa que a la puta, dueña de una santidad desconocida. Al Señor, hijo de la Señora, le digo humildemente: "Ya que me estás vedado Tú me amparo en Ella". Sé bien que el Padre Nuestro es la oración más alta, pero me siento más cerca del Ave María. Esta confusa y desmañada introducción me sirve para decir que siempre celebro con júbilo cualquier logro de la mujer, sobre todo en un país como el nuestro, en que las mujeres han sido -y siguen siendo- víctimas de injusticia y de violencia en su casa y fuera de ella. Esto que digo no es demagogia cursi ni adulación barata. Mis muchos años y mis muchos yerros me han enseñado que igual que hay hombres malos hay también mujeres perversas. Andan por ahí muchas Dalilas y Jezabeles jodiendo al hombre que tuvo la desgracia de caer no en sus brazos, sino en sus manos. Pero son la excepción, una ingratísima excepción. La regla es la mujer-amor, si me es permitido poner juntos esos dos términos sinónimos. Hago mías las palabras del poeta de Jerez: "Dios, que me ve que sin mujer no atino / en lo pequeño ni en lo grande, diome / de ángel guardián un ángel...

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