De política y cosas peores / Iniciativa

AutorCatón

La tortuga macho le contó a un amigo: "Me divorcié de mi esposa". "¿Por qué?" -preguntó el amigo-. Responde el otro: "Cuando hacíamos el amor me pedía cosas contra natura". "¿Cosas contra natura? -se asombró el amigo-. ¿Cómo cuál?" Responde la tortuga: "Me decía: '¡Más aprisa! ¡Más aprisa!'"... Momentos antes de celebrarse el matrimonio el novio le deslizó un billete de 500 pesos al oficiante y le dijo por lo bajo: "Le agradeceré que al pedirme que pronuncie los votos matrimoniales suprima eso de: '¿Prometes serle fiel?' No quiero jurar eso". Llegó el momento de la boda. El oficiante se dirigió al novio y le preguntó en voz alta y clara: "¿Prometes obedecer en todo a tu adorable esposa; darle todo el dinero que ganes; renunciar a tus amigos para dedicarte completamente a ella; llevarle todas las mañanas el desayuno a la cama y serle siempre fiel?" El muchacho, aturrullado al ver todas las miradas puestas en él, sólo acertó a responder: "S-sí". Luego, inclinándose hacia el oficiante, le reclamó entre dientes: "Creí que teníamos un arreglo". El hombre le devolvió discretamente los 500 pesos y le respondió también por lo bajo: "La novia me hizo una mejor oferta"... Dulciliria les informó a sus papás que estaba un poquitín embarazada. Explicó su desliz: "Todas las mujeres tenemos un minuto de debilidad". Pasó un año, y otra vez Dulciliria salió con la misma novedad y repitió el expediente justificativo: "Todas las mujeres tenemos un minuto de debilidad". Lo mismo sucedió el siguiente año y dijo de nueva cuenta: "Todas las mujeres tenemos un minuto de debilidad". "Oye -le dijo a Dulciliria su papá-. Se me hace que tienes el minutero demasiado fácil"... Doña Jodoncia le preguntó a don Martiriano: "¿Sabías que el hijo del vecino está pensando en casarse?". "No puede ser -respondió el sufrido esposo-. Si pensara no se casaría"... Una niñita lloraba desconsoladamente en la puerta de su casa. "¿Qué te sucede, buena niña?" -le preguntó una señora que pasaba-. "Me regalaron una perrita -gime la pequeña-, pero mi mamá no la quiere en la casa". Dice la bondadosa dama: "¿Y se tendrá que ir?". "No -contestó la chiquilla arreciando su llanto-. Mi papi dice que la que tendrá que irse es la perrita"... Voy a enviar una iniciativa preferente a la Cámara de...

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