De Política y Cosas Peores / Hongos envenenados

AutorCatón

Volupticia y uno de sus hermanos vivían en la gran ciudad. Ella gozaba de gran popularidad entre los hombres, pues compartía con ellos -claro, en forma no gratuita- los encantos de que la había dotado Mamá Naturaleza. En cambio él, mujeriego, andaba siempre en apuros económicos. "-Hermanita -le dice un día-. Préstame un poco de dinero; lo que puedas. Estoy quebrado". "-¡Ay, Impecunio! -protesta la muchacha-. ¡No entiendo cómo andas siempre sin dinero, y en cambio a mí me sobra!". "-Bueno -responde él-. Eso se explica porque la fuente de tus ingresos es la causa de mis egresos"... Llega Babalucas con el carpintero. "-Maistro -le pide-. Necesito que me haga una caja de una pulgada de ancho, una pulgada de alto y 36 metros de largo". El carpintero se sorprende. "-¿Una pulgada de ancho, una pulgada de alto y 36 metros de largo? -exclama con asombro-. ¿Para qué es esa caja?". Explica el badulaque: "-Es que mi vecino se fue a otra ciudad, y necesito mandarle por paquetería una manguera que me prestó"... "-Doctor -le dice el señor al siquiatra-. Mi esposa ha dado en la peregrina locura de creerse gallina". "-¿Y quiere usted que la atienda?" -pregunta el analista. "-No -responde el señor-. Ella es la que quiere que me dé usted un tratamiento que me haga creerme gallo"... El señor va con el cirujano plástico y le dice: "-Doctor: ¿podría usted operar a mi tía soltera?". "-¿Qué le sucede? -inquiere el médico-. ¿No vino con usted?". "-No -dice el señor-. Mi tía murió ayer". "-¿Y entonces para qué quiere que la opere?" -se asombra el cirujano plástico. "-Verá usted -explica el tipo-. Mi tía murió...

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