De política y cosas peores / Festejar al amor

Uno de los propósitos que me fijé cuando empecé a publicar esta columna, aparte del de orientar a la República, fue sacar al aire y a la luz las cosas relacionadas con el sexo. Escogí para hacer eso la vía más amable: el humor. En aquel tiempo -de esto hace 40 años- eso de la sexualidad era un tabú. Pienso que fui el primero en abordar el tema en una columna periodística. México era todavía un país conservador. La publicación de esos artículos, por tanto, fue para muchos lectores motivo de inquietud, y aun de escándalo. En cierta ciudad del noroeste un grupo de señoras del más exclusivo sector residencial se aplicaron a la tarea de recabar firmas para pedirle al director del periódico local que retirara mi columna de sus páginas. Acudieron ante el obispo de la diócesis y le solicitaron que encabezara con su rúbrica aquella petición, con lo cual la demanda cobraría mayor fuerza. "Señoras -les dijo el dignatario-, si yo firmara su carta sería un gran hipócrita, pues esa columna es lo primero que leo en la mañana". Ahí acabó el movimiento censorio de las damas. Los tiempos han cambiado, por fortuna. Se han disipado ya muchas calígines que oscurecían nuestra vida. Ahora los chistes que en México se llaman "colorados", para los españoles verdes, y azules para los norteamericanos, se narran lo mismo en corros de mujeres que de hombres. En aquel tiempo eran patrimonio exclusivo de varones, y las esposas debían esperar a que sus maridos se los contaran. Ahora es otra cosa. En los días previos al del Amor y la Amistad me alegró ver en los periódicos anuncios de las sex shops o tiendas de artículos eróticos en los cuales se ofrecía sin tapujos una variada mercancía sensual: lencería sugestiva; dildos; vibradores; cremas y aceites lubricantes; artilugios para usarlos en las múltiples variaciones de la sexualidad; atractivos atuendos y disfraces para él y para ella; condones en todos los colores y sabores -crema Chantilly, pétalos de rosa, chicharrón-, y en todos los tamaños: chicos, medianos, grandes, extra grandes, súper plus mega grandes y Saltillo size; más un prolongado y gozoso etcétera que por sí solo llenaría este espacio. El erotismo en el acto del amor distingue al ser humano del resto de los...

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