De política y cosas peores / Examen médico

Sor Bette y sus alumnas del Colegio de la Reverberación fueron a una granja, pues la monjita quería impartirles una clase práctica de la asignatura Lecciones de Cosas. Cuando llegaron pasó corriendo frente a ellas una gallinita. Tras ella iba un arriscado gallo poseído por genésicos impulsos. La gallina atravesó la carretera, y un raudo vehículo la atropelló. "¿Lo ven, jovencitas? -les dijo con solemnidad Sor Bette a sus discípulas-. ¡Prefirió morir antes que cometer pecado de impureza!"... Pomponona Grandchichier, joven mujer generosamente dotada por la naturaleza tanto en la comarca norte como en la del sur, fue con el doctor Ken Hosanna a que le practicara un examen general de salud. El facultativo le pidió que se quitara toda la ropa, y luego procedió a hacerle una exhaustiva revisión. Al terminar le comunicó, solemne: "Señorita: con la mayor pena me veo en la necesidad de decirle algo que no quisiera decirle". "¿Qué es, doctor?" -se angustió ella. Respondió el galeno con un suspiro de tristeza: "Vístase"... Babalucas y un amigo pedían aventón en la orilla de la carretera. Al amigo le sorprendió ver que Babalucas hacía la señal poniendo en alto el dedo cordial de la mano derecha, en la grosera señal llamada "higa". "¡Estás loco! -le dijo-. ¡Si les muestras el dedo medio nunca nos van a levantar! ¡Los aventones se piden con el dedo pulgar!" Contestó el Badulaque: "Ése lo reservo para el viaje de regreso"... Himenia Camafría, madura señorita soltera, tenía un gato al que amaba con extremado amor. Cierto día el minino enfermó de constipación, vale decir estreñimiento, apretura, irregularidad. El veterinario le recetó una purga. Tres días después regresó Himenia. "La purga no le ha hecho ningún efecto a Michurrín" -gimió acongojada. Dijo el médico: "Le recetaré una purga más fuerte". Ningún efecto tampoco tuvo el medicamento, de modo que la señorita Himenia regresó otra vez. El veterinario le prescribió entonces al gato un purgante aún más enérgico, que tampoco sirvió. De nueva cuenta volvió Himenia, desesperada, a suplicar ayuda para su minino. Irritado ya, el médico tomó una purga para caballos, le quitó la etiqueta y le dijo a la dueña del minino: "Dele el frasco completo hoy en la noche". Al día siguiente...

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