DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Examen de conciencia

AutorCatón

Sor Bette le dijo a su compañera: "Hermana: debe resultarle algo incómodo eso de llamarse Virgen". "Sí -respondió la monjita-. Sobre todo porque me apellido Loera"... Dos loquitos estaban sentados en la playa a la orilla del mar. Uno de ellos probó el agua. "¡Qué mal sabe! -exclamó con disgusto-. ¡Está salada!". El otro sacó una azucarera y se la dio. El loquito echó en el mar dos cucharaditas de azúcar. Probó otra vez el agua y dijo nuevamente: "Sigue salada". El otro se molestó: "¡Menéyale, pendejo!"... La conferenciante era una violenta feminista. Dijo en tono de reto: "Les hago esta pregunta a los varones: si no fuera por la mujer ¿dónde estaría el hombre?". Del fondo del salón vino la respuesta: "En el Paraíso, bebiendo leche y miel y rascándose los güevos"... Capronio le pidió a un amigo: "Préstame mil pesos". "Claro que sí -respondió el otro con presteza-. Para eso son los amigos. Aquí tienes". Capronio se quedó pensando y dijo luego: "Mejor préstame nada más 500. No tengo intenciones de pagarte, y me prestaste de tan buena gana que sería injusto hacerte perder tanto dinero"... Dos señores que hacía mucho tiempo no se veían se toparon en la calle. Preguntó uno: "¿Qué ha sido de tu hija Muslina, esa muchacha tan bonita?". Respondió orgulloso el otro: "Trabaja de artista, y mañana debuta". "Caramba -comentó el primero-. Cambia rápido"... Un indocumentado mexicano tenía ya tres años ausente de su casa. Cuando volvió a su pueblo se encontró con una novedad: su esposa era madre de un bebé de un año de nacido. "Es tuyo", le dijo con cachaza la mujer. "¿Cómo puede ser mío -estalló el lacerado-, si llevo ya tres años sin venir?". "Sí -concedió ella-. Pero me escribías unas cartas muy ardientes". (Vieja descarada; ni que el hombre tuviera la pluma tan larga)... Dulcilí, muchacha ingenua, le contó a su mamá: "Anoche los muchachos de la oficina me invitaron a jugar un juego que se llama strip poker. Cada vez que perdía yo tenía que quitarme una prenda de vestir. Acabé completamente desnuda". "¡Mano Poderosa! -se espantó la mamá, que aún juraba a la antigua-. ¿Cómo pudiste participar en semejante juego?". "No te preocupes, mami -la tranquilizó la cándida chica-. Los muchachos...

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