De política y cosas peores / Espléndido

AutorCatón

Chicholina, atractiva muchacha de gran pechonalidad, era una joven ilustrada, y además bastante religiosa. Asistió a una fiesta de Navidad, y cuando los anfitriones la iban presentando a los invitados ella les decía a modo de saludo navideño: "Gloria in excelsis Deo". Terminada la fiesta Babalucas se acercó a la linda chica y le preguntó al oído con sugestiva voz: "¿Qué vas a hacer saliendo de aquí, Gloria?"... Astatrasio Garrajarra llegó a su casa cayéndose de borracho, como de costumbre. Su esposa puso el grito en el cielo, como de costumbre: "¡Mira en qué estado vienes!" -le reclamó hecha una furia. "¿Y en cuál otro querías que viniera? -replicó el beodo-. ¿En Texas?"... El licenciado Ulpiano Justiniánez, juez de lo familiar, se dirigió con severidad a don Frustracio, el marido de doña Frigidia: "Su esposa lo acusa de haberle propinado una fuerte cachetada en el momento del acto conyugal. ¿Acaso es usted uno de esos sádicos individuos que necesitan de la violencia para sentir satisfacción sexual?" "No, señor juez -contestó humildemente don Frustracio-. Lo que pasó es que ella no se movía nada, y pensé que se había desmayado"... Capronio, sujeto ruin y desconsiderado, les contó a sus amigos: "En mi casa tuvimos una Navidad eléctrica. A mi hijo le compré un tren eléctrico; a mi esposa un cuchillo eléctrico, y yo me regalé una rasuradora eléctrica. Sólo me faltó una silla para mi suegra"... Un niño de 4 años llegó solito a la farmacia. "Señol -le dijo al farmacéutico-, quielo un condón". "¿Cómo dijiste?" -se azaró el boticario, que creyó no haber oído bien. "Que quielo un condón" -repitió el pequeño. El de la farmacia se inquietó. Le preguntó al niñito: "¿Quién te mandó a comprar eso? ¿Tu papá?" "No -contestó el chamaquito-. El condón lo quielo pala mí". Creció el asombro del droguista. "Caramba -dijo algo nervioso-. ¿Sabes tú lo que es eso?" "Sí lo sé -respondió el menudo cliente-. Deme el condón. Tlaigo linelo". "Perdona, niño -se disculpó el farmacéutico, turbado-. No puedo venderte eso". El pequeñín rompió a llorar. "¡Quielo un condón! -gimió con aflicción-. ¡Quielo un condón!" "No llores, niño -trata de calmarlo el farmacéutico...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR