De política y cosas peores / Escondidillas

A don Augurio Malsinado lo persigue siempre un hado adverso. La otra noche asistió a una orgía, y en plena bacanal empezó a gritar de pronto: "¡Organización, señores! ¡Organización!" Uno de los presentes suspendió la actividad erótica que en ese momento lo ocupaba y le preguntó, curioso: "¿Por qué pide usted organización, amigo?" Contestó don Augurio, atufado: "¡Porque yo no he podido hacérselo a nadie, y ya van cuatro veces que me lo hacen a mí!"... Don Cornulio llegó a su casa cuando no se le esperaba, y al entrar en la alcoba halló a su esposa tendida en el lecho conyugal sin nada de ropa encima y en estado de evidente nerviosismo. Le dijo con recelo: "¿Por qué te encuentro así, nuda y corita?" La señora detestaba los cultismos que solía usar su consorte, y preguntó, irritada: "¿Qué significan esas palabrejas, 'nuda' y 'corita'?" "¡Encuerada, mujer, encuerada! -se impacientó el mitrado-. ¡Qué bien se ve que no conoces el útil libro Ciencia del lenguaje y arte del estilo, de don Martín Alonso! Si lo hubieras o hubieses leído sabrías lo que quieren decir esas palabras, y además conocerías el significado de otras igualmente necesarias en la vida diaria como 'batología', 'epidíctico', 'isoplasmia' y 'escansión'. Pero no trates de evadir con tus preguntas la cuestión de fondo. Responde a mi interrogación: ¿por qué te encuentro así en la cama, empiluchada, o sea en cueros?" Replicó la mujer: "Porque no tengo nada que ponerme. La última vez que me compré un vestido fue cuando asistimos al estreno de la película El último cuplé, y de eso ya hace tiempo". "¿Que no tienes nada qué ponerte? -repuso con enojo don Cornulio al tiempo que abría el clóset de la mujer y removía su abundante ropa-. ¿Y esto? ¿Y esto? ¿Y esto? Hola, compadre. ¿Y esto?"... Sir George Highrump, caballero medieval, se enteró de que un fiero dragón había apresado a la princesa Gwangolina y la tenía reclusa en su cubil del monte. Acompañado por su fiel escudero Scatty fue en busca de la bestia a fin de arrebatarle a la cándida doncella. Cuando llegaron a la cueva donde habitaba el monstruo contemplaron un espectáculo que los dejó azorados: la princesa estaba haciendo el amor...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR